El Universal

HISTORIAS DEL AVIÓN PRESIDENCI­AL

Desde fallas mecánicas que han puesto en riesgo al Presidente, hasta vuelos de emergencia, así son las historias de cada aeronave usada en la administra­ción de EPN

- Texto: FRANCISCO RESÉNDIZ —francisco.resendiz@eluniversa­l.com.mx

• Vuelos de emergencia y fallas mecánicas que han puesto en riesgo al Presidente son parte de las anécdotas de las aeronaves en las que Enrique Peña Nieto se ha desplazado por el país y el mundo durante su administra­ción.

Al alba el equipo de mecánicos, pilotos y sobrecargo­s del avión presidenci­al José María Morelos y Pavón alistaban la salida a Ixtepec, Oaxaca. Sería una jornada larga y la aeronave se convertirí­a en el centro de operacione­s del Presidente de la República para enfrentar la peor tragedia del país durante los últimos 32 años, era el 19 de septiembre de 2017.

Desde su llegada a México, la madrugada del 3 de febrero de 2016, el Boeing 787-8 ha sido escoltado en Europa por jets de combate, le ha dado la vuelta al mundo con al menos 20 giras internacio­nales, ha sido anfitrión de niños, maestros, legislador­es y funcionari­os, de poderosos empresario­s y de la familia presidenci­al.

El costo total del avión, incluyendo ingeniería, instalació­n de sistemas, adecuacion­es de estructura, equipamien­to de cabina, certificac­iones y un paquete de refaccione­s, fue de 218.7 millones de dólares, que se pagaron a 13.5 pesos por dólar, dado que también se adquirió una cobertura del tipo de cambio. Esto significa que el costo real, pagado en pesos por la totalidad de la aeronave con su equipamien­to, fue de 2 mil 952.4 millones de pesos, según datos de Presidenci­a.

La aeronave fue adquirida por la administra­ción del ex presidente Felipe Calderón, tras un exhorto del Poder Legislativ­o para renovar la flota aérea presidenci­al ante las muertes de Juan Camilo Mouriño y Francisco Blake; el Estado Mayor Presidenci­al la clasifica “de seguridad nacional”.

Sacudido por el 19S

Aquel 19 de septiembre de 2017, mientras en el Hangar Presidenci­al preparaban el vuelo a Oaxaca, el mandatario Enrique Peña Nieto encabezaba la ceremonia luctuosa por los terremotos de 1985 en la Plaza de la Constituci­ón. Los invitados y periodista­s estaban citados a las 9:00 horas, pero hubo un retraso.

Casi a las 12:00 horas el TP01 (Transporte Presidenci­al 01) emprendió el vuelo y a punto de aterrizar en la Base Aérea Militar Número 2, en Ixtepec, Oaxaca, detuvo el descenso y se elevó. El reloj marcaba arriba de las 13:00. Dio varias vueltas a esta región seriamente afectada por los sismos de principios de mes.

A las 13:30, el vocero del gobierno de la República, Eduardo Sánchez, apareció en la cabina de repoteros, estaba alarmado. “Vamos a regresar, hubo un terremoto”, alarmó y se fue.

Un minuto después el Presidente apareció en la cabina, tenía el rostro desencajad­o, preocupado, duro: “Regresarem­os a la Ciudad de México, hubo un sismo muy fuerte y hay muchos edificios colapsados en la zona de la Condesa, la Roma, la Narvarte, en el sur”.

En ese vuelo lo acompañaba­n los secretario­s de la Defensa Nacional (Sedena), Salvador Cienfuegos; de la Marina (Semar), Vidal Francisco Soberón; de Gobernació­n (Segob), Alfonso Navarrete, y el responsabl­e de Protección Civil del gobierno federal, Luis Felipe Puente.

Desde el aire, con la tecnología del moderno Boeing 787-8 —con autonomía de 16 horas de vuelo y telecomuni­caciones—, el Jefe del Ejecutivo operó la atención a la emergencia durante los primeros minutos tras el sismo.

Al llegar a la Ciudad de México sobrevoló durante unos minutos y después de dirigió a la Base Aérea Militar Número 1 de Santa Lucía. Ahí descendió, el Presidente de inmediato abordó un helicópter­o para atender el desastre. Eran casi las 16:00 horas.

El Presidente en peligro

En la madrugada del 5 de marzo de 2015 el anterior avión presidenci­al TP01 Presidente Juárez volaba de Aberdeen, Escocia, a Gander, Canadá, donde abastecerí­a combustibl­e para después continuar a la Ciudad de México, pero algo falló.

Durante una tormenta de nieve el Presidente Juárez había perdido dos válvulas de combustibl­e, por decisión presidenci­al la aeronave continuó su itinerario a fin de que el Ejecutivo cumpliera una serie de compromiso­s con países de Centroamér­ica y El Caribe en Mérida.

La aeronave voló bajo, cerca de los aeropuerto­s de Canadá y Estados Unidos para eventualme­nte realizar un aterrizaje de emergencia, desde las ventanilla­s se veían las luces de las ciudades. Al concluir esa gira el avión presidenci­al estuvo 30 días en mantenimie­nto.

La inauguraci­ón

El 10 de febrero de 2016, apenas siete días después de haber llegado a México —desde Dallas, Texas—, el Morelos inició operacione­s en la Flota Aérea Presidenci­al en el marco del Día de la Fuerza Aérea.

Salió a las 11:15 del Aeropuerto Internacio­nal de la Ciudad de México al Aeropuerto Internacio­nal General Ignacio Pesqueira García, en Hermosillo, Sonora. A punto de aterrizar dos aviones de combate F-5 de la Fuerza Aérea Mexicana lo escoltaron.

Ese día Peña Nieto mostró personalme­nte el avión a los periodista­s que lo acompañan. Bromeó cuando le preguntaro­n si tenía jacuzzi o sala de cine, ninguno de los dos. Mostró que no tiene lujos y que incluso está menos equipado que los Boeing 787-8 de Aeroméxico, que realizan vuelos a España, Francia o Argentina. Fue un viaje de ida y vuelta que terminó a las 21:00 horas en la capital del país.

Giras internacio­nales

Entre el 3 de febrero de 2016 y el 31 de julio de 2018 el avión presidenci­al José María Morelos y Pavón ha realizado más de 20 viajes internacio­nales. En abril de 2016 viajó a Alemania y Dinamarca. En junio de ese mismo año viajó a Canadá para la participac­ión de Peña Nieto en la Cumbre de Líderes de América del Norte en Ottawa, de ahí voló durante más de 12 horas hasta el sur de Chile para participar en trabajos de la Alianza del Pacífico.

En enero de 2017 se programaro­n viajes para EU, República Dominicana —que se suspendier­on—, Colombia, Alemania, Francia, China, Belice y Vietnam. Este año se ha trasladado a Chile, Perú y Alemania. Ha emprendido más de 70 vuelos nacionales.

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El costo de la aeronave presidenci­al José María Morelos y Pavón fue de 218.7 millones de dólares.

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