El Universal

Fortalecid­o para transforma­r

Primer contacto. Manejamos la nueva generación del Nissan LEAF a un mes de su llegada al mercado mexicano.

- CARLOS MARIO LANDETTA —carlos.landetta@clabsa.com.mx

El mundo automotriz se encuentra en punto clave de su transición hacia la movilidad eléctrica. Después de algunos intentos por adaptar modelos que nacieron como vehículos de combustión interna a autos de cero emisiones, muchas marcas han optado por cambiar la fórmula y han comenzado a lanzar detalles de cómo serán sus primeras unidades eléctricas (que llegarán al mercado hasta dentro de dos o tres años, como mínimo).

Es un hecho que este nicho está muy próximo a ampliar su gama para los consumidor­es ávidos de manejar un auto que no contamine, al menos no en sus emisiones. Sin embargo, existe un fabricante que come en una mesa aparte.

Nippon Sangyo, mejor conocido como Nissan, puso el primer Leaf en venta en 2010 y desde entonces, no ha hecho otra cosa que aventajar a sus competidor­es. Mientras que las otras firmas siguen replantean­do y haciendo ideas nuevas, ahora la marca japonesa lanza al mercado la segunda generación del eléctrico más vendido del mundo.

Poner a prueba este vehículo resultó un reto divertido pues, más allá de lo que un periodista de autos tiene que revisar (manejo, espacio, diseño, entre otras cosas), existe otro rubro inherente al auto: es una unidad cero emisiones y, como tal se tiene que analizar de manera distinta. Así como surgían dudas acerca de su potencia, también las había sobre dónde lo iba a cargar y cuánto se iba a tardar en hacerlo.

Cualquier escepticis­mo acerca de manejar un eléctrico en la ciudad se perdió con cada metro que recorrí con este ejemplar japonés. Lo cierto es que el producto en sí mismo te ayuda a despejar los prejuicios que generan esta clase de motores a través de buenas experienci­as.

Por ello, tras conducir unos días esta segunda versión del Leaf, me atrevo a decir que la marca nipona lleva ventaja en la materia. No porque tenga más tiempo en el juego, sino porque tiene un producto digno de alabar a un precio más accesible que el de un Tesla.

Además, combina elementos como practicida­d, conectivid­ad, espacio y seguridad para hacer que, de inicio, te intereses en él y en muy poco tiempo le tengas afecto.

Cambiando el chip. El Nissan Leaf es un auto ideal para una persona que hace recorridos en la ciudad y hasta viajes en carretera cortos. En un contexto así y con una autonomía de hasta 240 kilómetros (40% más que la generación pasada) te ofrece la posibilida­d de no preocupart­e por recargar su batería en, por lo menos, una semana con uso moderado.

Cuando me entregaron el Leaf contaba con un 68% de carga. Después de tres días de uso constante en los que viví situacione­s de mucho tráfico, camino libre y una visita a un tramo de la autopista México-Toluca el auto terminó con 14% y 37 km de autonomía.

Aquí entra una considerac­ión importante: ¿vale la pena dejar que se le baje toda la batería antes de recargar? La respuesta es no. Tener un coche eléctrico también implica hacerte de ciertos hábitos que te permitirán no manejar desesperad­amente al primer centro de carga que se te aparezca cuando te reste 3% de pila.

Cómo mucha gente carga el celular cuando duerme en la noche o lo conecta a su computador­a cuando está trabajando, el usuario de un auto cero emisiones debe encontrar momentos del día para conectar la pila sin que afecte en su rutina diaria.

Cuando llevé el Leaf a un centro de carga por primera vez me encontré con un punto muerto de mi día. Tuve que esperar una hora y 45 minutos para que el indicador de pila llegara hasta el 38 por ciento, tiempo en el que no pude hacer otra cosa que esperar pues estaba lejos de los lugares donde se desempeña mi día a día.

Los centros de carga rápida son muy limitados en la CDMX y este vehículo puede tardar hasta cinco o seis horas en rellenar completame­nte. Lo ideal es escoger ciertos días a la semana para conectarlo en la noche (si se tiene la instalació­n para hacerlo) o ciertos momentos en el día para dejarlo en un punto de carga mientras realizas tus actividade­s.

En un mundo extraño. Tener un Nissan Leaf en un contexto de poca infraestru­ctura para vehículos eléctricos y desconocim­iento de ellos no es tan malo como se lee. De hecho, puede representa­r una virtud pues es muy sencillo encontrar puntos de carga vacíos, además de que la mayoría son gratuitos.

La primera ocasión que lo llevé a recargar, la concesiona­ria (de una marca alemana) utilizaba el lugar como una bodega para conos. Ya conectado, un policía del lugar me advirtió que si llegaba un auto de la firma tendría que mover el Leaf para darle prioridad. Esto nunca sucedió, pues, como mencioné, todavía no existe la cantidad de autos suficiente­s para estarse disputando los lugares.

La segunda ocasión que fui a recargar el auto, ahora en una agencia de Nissan al norte de la ciudad, el espacio para enchufar el auto estaba ocupado por un camión de carga, el cual fue desalojado inmediatam­ente.

Al momento de desconecta­r el cable alguien dentro de la agencia gritó: “ya se va el Leaf” y en menos de un minuto tenía a gente de la agencia (vendedores y de servicio) tomando fotografía­s y preguntand­o mi opinión sobre el coche. Aún para ellos es algo extraño.

Además, cuenta con apoyos que, en una escala comparativ­a son pocos, pero al fin subsidios. Estos son: exención del impuesto INSAN y tenencia, así como no hacer verificaci­ón ni participar en el programa “hoy no circula”.

El manejo también es una de las virtudes del Nissan Leaf pues cuenta con una dirección y aceleració­n rápidas y ágiles que, acompañada­s de un centro de gravedad bajo, permite al usuario realizar sin esfuerzo alguno maniobras de rebase o entrar a una vía rápida.

Pisando el pedal de aceleració­n se llega a un punto en que el auto, con sus 147 caballos de potencia, llega a su límite y se estanca en una velocidad fija. En la ciudad es bastante útil; en la carretera te permitirá ir a buen ritmo aunque lo más seguro es que visites muy pocas veces el carril de alta velocidad para rebasar.

No obstante, el encanto de “modernidad” se rompe un poco al conocer el interior, el cual se queda corto en comparació­n con el resto del auto. Los plásticos se sienten de baja calidad en la parte de la consola e incluso en algunas ocasiones, al girar el volante se escuchaba como raspaba con el soporte.

El interior es adecuado para llevar a cuatro adultos cómodos, pero se limita un poco porque no tiene espacio debajo de los asientos delanteros. Esto genera situacione­s en las que si los asientos delanteros se recorren hacía atrás, limita la comodidad de los pasajeros.

Pero, por todo lo que ofrece es de considerar que hayan sacrificad­o ciertas cosas para no disparar el precio, pie del que aún cojean todos los vehículos eléctricos de la industria.

Su venta inicia a mediados de septiembre desde un precio de 686 mil 600 pesos

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 ??  ?? La comerciali­zación en México iniciará a mediados de septiembre.
La comerciali­zación en México iniciará a mediados de septiembre.
 ??  ?? La recarga es gratis en varios puntos de la CDMX, incluidas las agencias Nissan.
La recarga es gratis en varios puntos de la CDMX, incluidas las agencias Nissan.
 ??  ?? Espacio interior adecuado para llevar cuatro adultos cómodos.
Espacio interior adecuado para llevar cuatro adultos cómodos.
 ??  ?? Carga más rápidament­e que la generación previa.
Carga más rápidament­e que la generación previa.
 ??  ?? Sistema Eco y e-Pedal para más autonomía.
Sistema Eco y e-Pedal para más autonomía.
 ??  ?? Informació­n de batería frente al volante.
Informació­n de batería frente al volante.
 ??  ?? Entrada para carga normal y rápida.
Entrada para carga normal y rápida.

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