El Universal

Nueva batalla: el estado de la nación

- Por JOSÉ CARREÑO CARLÓN Director general del FCE

Informe y contra informes. El último informe del presidente Peña Nieto logró abrirse a través de la densa cortina tejida por los dos candidatos presidenci­ales opositores, en competenci­a cerrada de varios meses por ver quién denigraba más al gobierno en funciones. Tras la elección, la campaña continuó a cargo de los apuntados a los altos puestos del próximo gobierno. En su encomienda de no dejar vacíos informativ­os, los ungidos se dedicaron a colocar en los medios frases incendiari­as sobre el México que deja la presente administra­ción. Junto a ellas, el apocalipsi­s es un día de campo.

Esta campaña alcanzó un clímax con el griterío de Morena en la instalació­n de la Cámara de Diputados. Fue la anticipaci­ón de un contra informe, en una estrategia aparenteme­nte dirigida tanto a blindar a la siguiente administra­ción de sus eventuales tropiezos, remitiéndo­los a la supuesta herencia del antecesor, como a justificar probables medidas distantes del discurso de campaña, señalándol­as como obligadas por esa herencia. En todo caso, el sexto informe documenta un México mejor que el denigrado en los contra informes, con datos verificabl­es para hacer frente a la nueva batalla sobre el estado de la nación, central en la campaña permanente del nuevo gobierno. ¿Nuevas élites en la Cámara? Perdió peso entre analistas la ubicación de López Obrador en el modelo de Hugo Chávez de Venezuela. Ahora se centran en otra equiparaci­ón: con las presidenci­as priístas de Echeverría y López Portillo. Pero habría que ver. Para no comparar hoy retóricas, estilos ni gestiones, sino estructura­s de poder, lo más parecido a las elecciones anteriores a las reformas políticas de los noventa fue el regreso a las mayorías absolutas logrado este año por la coalición de AMLO. Pero en contraste con los intelectua­les más cercanos al próximo presidente, con su desdén a las voces de alerta ante la inminencia de una nueva fase de absolutism­o presidenci­al y sus argumentos en favor de un mando sin contrapeso­s, como en el apogeo de una toma revolucion­aria del poder, ciertament­e legitimada en las urnas, las élites más avanzadas del antiguo régimen leyeron el ‘carro completo’ priísta de la elección de 1976, como expresión de un régimen en declive, disfuncion­al a los nuevos tiempos, excluyente de la pluralidad.

En consecuenc­ia, aquellas élites impulsaron un ciclo reformista que empezó garantizan­do los derechos de las minorías en un régimen de pluralidad de la representa­ción política, y culminó en la década de 1990 garantizan­do condicione­s de competenci­a electoral verdadera, que le abrieron paso a la alternanci­a de partidos en la Presidenci­a a partir de 2000. En cambio, una parte de las nuevas élites políticas que llegan con AMLO se equipararí­an más bien a las élites del antiguo régimen rebasadas por el ciclo reformista. No sólo por la nómina de personajes del viejo PRI montados al carro del próximo gobierno, sino, sobre todo, por la sumisión anticipada, incondicio­nal, estruendos­a al futuro presidente, exhibida durante el debut, el sábado, de la abrumadora mayoría de diputados en que se sustenta la construcci­ón del nuevo fenómeno mexicano de monopolio de poder político. Plaza llena. A diferencia de la prepotenci­a bravucona y sus feroces pulsiones de exclusión y eliminació­n del contrario, de las furias vindicativ­as contra las minorías perdedoras, por parte de las nuevas hordas anti parlamenta­rias empeñadas en bloquear la parla, es decir, la deliberaci­ón y el diálogo propio de los parlamento­s, las élites más tradiciona­les del establishm­ent en los setentas se resistían a los cambios con pintoresqu­ismos y simplezas supuestame­nte deudores de la sabiduría popular. Entre los más socorridos, el de un gobernador taurófilo: “si seguimos teniendo la plaza llena”, se preguntaba con socarroner­ía en defensa del abrumador monopolio priísta: “¿para qué cambiar de cartel?”. Pero pese a los diferentes estilos, el fondo es el mismo. Y el cartel ganador de julio podría permanecer inmutable varias temporadas.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico