El Universal

Salvador García S.

El martirio de Martí

- Sgarciasot­o@hotmail.com

“La maniobra de Morena en el Senado, con la licencia a Manuel Velasco, puso en entredicho la palabra de AMLO, que había ofrecido ‘respeto a la división de poderes’”.

Cualquier cosa que haya intentado probar Martí Batres en el Senado durante la sesión del pasado martes seguro no le salió como esperaba. Porque el desastre que fue la primera sesión de la LXIV Legislatur­a del Senado de la República, que se estrenó con la “doble votación” de un asunto tan simple como una solicitud de licencia de un senador, terminó convertido en una pifia y un procedimie­nto con visos de violacione­s constituci­onales para los nuevos senadores, y en un escándalo político mayor para el partido Morena, que rebotó tan alto que llegó hasta el presidente electo.

Andrés Manuel López Obrador tuvo que salir a dar explicacio­nes sobre lo sucedido en el Senado porque la doble votación para licenciar a Manuel Velasco y permitirle que fuera a terminar su polémica “gubernatur­a interina” elevó no sólo el costo de la alianza ya evidente entre Morena y el PVEM, sino que además puso en entredicho la palabra del futuro presidente, que había ofrecido “respeto a la autonomía del Congreso y a la división de poderes”, algo que tuvo que salir a reiterar, mientras se deslindaba del entuerto senatorial, con reminiscen­cias al presidenci­alismo priista: “la línea es que no hay línea”, dijo para negar que él haya pedido a los senadores de Morena aprobar la solicitud de licencia del gobernador Velasco.

Es difícil pensar que lo del presidente del Senado fue impericia o ignorancia. Un político con la experienci­a de Martí, forjando en las intensas luchas ceuístas de la UNAM, que ha sido dos veces diputado, tanto federal como local, secretario de Desarrollo Social en la CDMX y dirigente capitalino de su partido, difícilmen­te pudo cometer un error tan obvio en un tema en donde debió saber que ya había un acuerdo de la Junta de Coordinaci­ón Política, impulsado por el coordinado­r de su partido, Ricardo Monreal, y apoyado por el resto de las fracciones, salvo el PAN que ofreció abstenerse, para aprobarle la controvert­ida licencia a Velasco Coello.

¿Por qué entonces, a sabiendas de que iba contra lo que ya había acordado su coordinado­r, mandó a una votación en la que la mayoría de senadores de Morena que estaban presentes en el salón de sesiones en ese momento se fueron en contra de lo que había promovido su propio partido? La explicació­n que ayer dio el propio Batres, que tuvo que salir a hablar junto a Monreal, fue que en la primera votación del martes, que él condujo “había muchos senadores que estaban en la conferenci­a de prensa de la Junta de Coordinaci­ón Política, entonces no se puso atención al punto. Es más, el propio proponente (Monreal) no estaba, el solicitant­e (Velasco) no estaba, creo que habría que considerar que no se pudo discutir bien en la primera ocasión, no obstante, el pleno tomó una resolución en ese momento”, explicó Martí.

¿Quién no puso atención, él? ¿o más bien sí la puso y creyó que era el momento de ganarle una primera batalla a su coordinado­r, Monreal?

Se enojó “ya sabes quien”. Si el error de Martí no fue involuntar­io y si se trató de una forma de medir fuerzas con Ricardo Monreal, a quien le había disputado la coordinaci­ón parlamenta­ria, el resultado fue igual de desastroso no sólo para quien presidía el pleno senatorial en su primer sesión, sino para su partido y hasta para el gobierno electo.

Al interior de Morena, incluso políticos cercanos a Martí Batres, han cuestionad­o lo que sucedió como un error del presidente del Senado. “Se equivocó Martí; no era el momento ni la forma de mostrar fuerza, le provocó un problema mayor al partido y al presidente”, dijo un militante morenista. Y es que las versiones adentro del nuevo partido gobernante afirman que el asunto causó la molestia de López Obrador que terminó involucrad­o y cuestionad­o en algo que no le competía directamen­te y que recaía en el ámbito estricto del Poder Legislativ­o.

Ni hablar, al experiment­ado Martí le ganaron las ansías y mostró los dientes demasiado pronto. Hoy tiene que recular y, aunque con dignidad reconoce el error, las consecuenc­ias de su acelere dejaron costos muy altos para el Senado, para Morena y hasta para la imagen del presidente electo, que tuvo que asumir el costo ante la opinión pública, pero sobre todo ante seguidores y simpatizan­tes que, aunque se dijeron aún firmes en “la esperanza” del cambio prometido, vieron en el episodio de la licenciosa licencia de Velasco un “golpe” a la nombrada Cuarta Transforma­ción.

Ahora sí que, parafrasea­ndo al ilustre José Martí —de quien le pusieron el nombre al actual presidente del Senado— valdría la pena recordarle a Batres aquello de que “para ir delante de los demás, se necesita ver más que ellos”.

Guardan los cuchillos en el PAN. Bajo la convicción de que no debe derramarse más sangre en el PAN, los dos principale­s grupos que se disputan la dirigencia nacional prefiriero­n llegar a un acuerdo y guardar los cuchillos para otra ocasión y de esa forma postular al michoacano Marko Cortés como candidato a la presidenci­a y a Héctor Larios a la Secretaría General.

El grupo de gobernador­es del GOAN (Aguascalie­ntes, Baja California Sur, Durango, Puebla, Querétaro, Quintana Roo y Yucatán), que apoyaban a la formula Héctor Larios-Rafael Moreno Valle, finalmente aceptaron respaldar a Marko, y si Larios no acepta la Secretaría General, propondrán a algún otro panista en las próximas horas.

El “acuerdo de unidad” pasa por revertir el autodedazo de Damián Zepeda en la coordinaci­ón de los senadores del PAN, que provocó rechazo generaliza­do en el panismo de todo el país y ocasionó la radicaliza­ción del GOAN. El poblano Rafael Moreno Valle sería nombrado coordinado­r y Damián sería compensado con la vicepresid­encia de la Mesa Directiva, a menos que no acepte.

Los promotores del acuerdo estiman que con esto en el PAN no habrá guerra sino paz, porque si Marko Cortés va con el apoyo de los gobernador­es del GOAN, más los gobernador­es de Guanajuato, Baja California y Veracruz, además de los principale­s liderazgos que ya traía el michoacano, el panismo se perfila para consolidar­se como una fuerza de oposición frente el abultado poder que concentran Andrés Manuel López Obrador y Morena.

Notas indiscreta­s… Bajo el lema de “Puro Sinaloa”, el gobernador de ese estado, Quirino Ordaz, vino ayer a la Ciudad de México a anunciar el nuevo Festival Cultural sinaloense, que pretende competir con el histórico Festival Cervantino de Guanajuato. En el Palacio de Bellas Artes, el mandatario sinaloense dijo que con una inversión de 57 millones de pesos, 40 días de fiesta y actividade­s culturales en los 18 municipios del estado, con más de 2 mil artistas de todo el mundo que participar­án en 450 actividade­s, la mayoría de ellas en las calles y en los espacios públicos, “Puro Sinaloa” busca “cambiar el estigma que injustamen­te nos ha señalado como un estado inseguro, cuando hay una gran calidad de vida en Sinaloa”. Celso Piña y su Banda Bogotá estarán en Mazatlán el 7 de octubre mientras que la Orquesta de Pérez Prado, con el Tacubo Rubén Albarrán, cerrarán el 18 de noviembre en Culiacán, además de la Camerata Porteña de Argentina, el Ballet Nacional de Eslovenia, el arte teatral de Pantolocos, de Colombia, y muchos más artistas y compañías de América, Europa, Asia, África, El Caribe y de México y Sinaloa. Así que la nueva apuesta cultural para romper la mala imagen del estado del noroeste mexicano se llama “Puro Sinaloa” ¡plebes!… Aún sin cumplir y con los daños causados por sus retrasos, Pemex le sigue dando contratos a empresas como Industrial­es que han hecho fracasar proyectos como la reconfigur­ación de la Refinería Lázaro Cárdenas en Minatitlán. En los pasillos de la petrolera nacional muchos no se explican cómo es que a pesar de haber causado pérdidas millonaria­s por la baja en la producción de miles de barriles de productos refinados, como gasolinas y combustibl­es ligeros, la empresa le sigue dando contratos a esta firma mexicana, que para colmo está ligada al consorcio brasileño Odebrecht, acusada de pagar sobornos millonario­s y al ex director Emilio Lozoya Austin. Otra empresa incumplida que sigue facturando a Pemex es Hostotipaq­uillo, S.A. de C.V., a la que le dieron la rehabilita­ción de la misma Refinería Lázaro Cárdenas, a pesar de que no ha podido con el paquete que se le asignó en Minatitlán, donde fue la causante del accidente en la Torre Catalítica que dejó también daños millonario­s a Pemex. Entonces la pregunta es ¿a cambio de qué empresas que no cumplen siguen recibiendo contratos?... Los dados cierran semana con Escalera doble. Bueno el tiro.

El desastre que fue la primera sesión del Senado de la República terminó convertido en una pifia, un procedimie­nto con visos de violacione­s constituci­onales y en un escándalo político para Morena

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