Ponle hielos al asunto
Mantener tu motor en la temperatura ideal puede representar una larga vida para tu auto
El esfuerzo y la generación de energía provocan calor. Basta imaginarnos subiendo una pronunciada escalera para darnos cuenta que nuestra temperatura corporal ha subido o para aquellos que no tenemos tan buena condición física: hasta dejamos la camisa sudada.
Naturalmente, la energía que se requiere para impulsar miles de kilos de metal, plástico y demás componentes que conforman un auto, genera un calor impresionante que, de no ser controlado, podría provocar una gran explosión.
Aunque los motores de gasolina han mejorado mucho, todavía no son muy eficientes para convertir la energía química en energía mecánica. La mayor parte de la energía proveniente de la gasolina (cerca del 70%) se convierte en calor desperdiciado.
Sin un sistema encargado de regular la temperatura de un auto, éste sería muy poco funcional y hasta peligroso para quienes lo usan cuando está en movimiento.
El trabajo principal del sistema de enfriamiento es evitar que el motor se sobrecaliente al transferir este calor al aire. Sin embargo, este mecanismo también realiza muchas responsabilidades esenciales que probablemente no te imaginabas.
El propulsor de un automóvil funciona mejor a una temperatura bastante alta. Cuando el motor está frío, los componentes se desgastan más rápido. es menos eficiente y emite más contaminación. Entonces, otro trabajo importante del sistema de enfriamiento es permitir que el motor se caliente lo más rápido posible para, después, mantener el motor a temperatura constante.
Es posible que hayas escuchado el consejo de que si tu automóvil se sobrecalienta, debes abrir todas las ventanas y enciender el aire acondicionado con el ventilador funcionando a máxima potencia. Esto se debe a que el sistema de calefacción es en realidad un sistema de enfriamiento secundario que ayuda al sistema de principal del auto.