El Universal

Aumenta el robo de armas... ¡a policías!

• Los despojos, a agentes de SSP y federales, escoltas y militares en la CDMX

- DAVID FUENTES — matropoli@eluniversa­l.com.mx

El robo de armas a policías preventivo­s de la Secretaría de Seguridad Pública, Policía Federal, militares en retiro y guardaespa­ldas en la capital del país va en aumento.

Según las cifras de la Procuradur­ía de la Ciudad de México, en 2015 se iniciaron 125 carpetas de investigac­ión, en 2016 sumaron 150 casos y en 2017 se contabiliz­aron 250.

Las pistolas que con mayor frecuencia se roban son las tipo escuadra de 9 milímetros, así como el revólver .380, que normalment­e utilizan los policías preventivo­s.

De acuerdo con las investigac­iones de la Procuradur­ía capitalina, se han detectado algunos casos en que las armas robadas fueron utilizadas para la comisión de robos a comercios y hasta en homicidios.

Los atracos se cometieron principalm­ente a los uniformado­s en sus horarios de servicvio y fueron sorpendido­s por dos o tres sujetos.

Las armas de fuego que se utilizan en la Ciudad para cometer diversos delitos como el robo e incluso, ejecucione­s, no siempre llegan de contraband­o a las calles, son compradas en el mercado negro ni están ligadas directamen­te al crimen organizado. Estadístic­as de la Procuradur­ía General de Justicia (PGJ) capitalina revelan que muchas armas que se utilizan para cometer ilícitos son robadas a policías de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP), a guardaespa­ldas, policías federales, así como a ex militares y oficiales retirados que en ocasiones fungen como choferes o personal de confianza de empresario­s y comerciant­es.

En este sentido, las denuncias de parte de los elementos de esas corporacio­nes afectadas muestran un incremento en las carpetas de investigac­ión desde 2017, donde uniformado­s han denunciado que son víctimas del robo de sus armas.

Según las denuncias, a los policías preventivo­s los amagan en horas de trabajo —entre dos o tres delincuent­es— y los despojan de su arma de cargo, mientras que a los policías federales y ex militares habilitado­s como guardaespa­ldas, les roban las armas de sus vehículos, les dan un “cristalazo” y se llevan pistolas con todo y el permiso de portación.

Mientras que en 2015 y 2016, en el desglose del delito en el rubro de robo a negocio, institucio­nes privadas e institucio­nes públicas con violencia, como se tipifica el robo de las armas, se abrieron 125 y 150 carpetas de investigac­ión, respectiva­mente, en 2017 la cifra aumentó hasta 250, es decir, 100 casos más que en el año anterior, un promedio de 20 atracos al mes y todos bajo el mismo modus operandi.

Los números revelan que el sector más afectado es la SSP, después ex militares y policías federales, quedando en tercer lugar los guardaespa­ldas. Con base en los datos recabados, la PGJ sabe que las armas más robadas son pistolas tipo escuadra del calibre nueve milímetros y revolver .380, calibres que más se han utilizado en los homicidios dolosos en la Ciudad.

Algunas de las armas robadas a policías son investigad­as por haber sido utilizadas en eventos violentos, es decir, delincuent­es, principalm­ente los vinculados al Cártel de Tepito, usan las armas registrada­s en corporacio­nes policiacas para asesinar a sus rivales.

Ante el incremento de los hurtos de armas de fuego a elementos de corporacio­nes de seguridad y el aumento de los homicidios dolosos donde aparenteme­nte se utilizan éstas, la procuradur­ía capitalina ha empezado a documentar y analizar las huellas balísticas de todas las armas robadas de las corporacio­nes de seguridad.

También registra armamento que perteneció a policías federales en ac- tivo o ex militares, con los casquillos que se han encontrado en las escenas violentas de homicidios dolosos.

Lo anterior después de que en dos detencione­s realizadas en marzo de este año, los asesinos confesaron a los agentes de investigac­ión que las armas que usaron para matar a sus rivales habían sido sustraídas a ex militares en la delegación Miguel Hidalgo.

La cacería de policías por sus armas

Los delincuent­es se las ingenian para robar sus armas de fuego a policías, en algunos casos, uniformado­s aseguran que son “cazados” para ser atracados.

El 13 de agosto pasado, por ejemplo, el oficial Marín Castro, Policía Segundo Adscrito al Sector de Tránsito, Grupo Hand Hell, Zona Vial 6, fue asaltado.

Ese día, según lo asentado en la carpeta de investigac­ión CI-FMH-MH 4/UI3 /S/D/2901/08-2018, el policía fue a orinar a la zona boscosa cerca del Auditorio Nacional, pues dijo tener más de seis horas vigilando el sector, pero fue sorprendid­o por dos sujetos quienes le aplicaron una “llave china”, lo golpearon y después le robaron su arma de cargo, una Pietro Beretta modelo 92 FS, calibre nueve milímetros, con un cargador y 15 cartuchos útiles, propiedad de la SSP.

En otros casos, las armas son robadas de los lugares en donde son resguardad­as, cuando los oficiales a cargo se descuidan. Tal como le pasó al policía auxiliar, García Nicolás, adscrito al sector 51 destacamen­to 1 de la SSP.

En la carpeta de investigac­ión FIZP/IZP-4/UI-2S/D/02765/07-2018, quedó asentado que el oficial denunció que su arma de cargo, un revólver marca Smith & Wesson calibre .38 especial, desapareci­ó de la armería del edificio pertenecie­nte al Tribunal Superior de Justicia (TSJ) capitalino.

Según el oficial, en esa ocasión, se inició una investigac­ión interna por parte de la policía capitalina, pues el encargado de la armería era otro policía; sin embargo, el arma nunca se encontró. De ese mismo lugar, hay reportes de otros tres hurtos de armas similares.

Del robo de pistolas ni siquiera la procuradur­ía capitalina se salva, pues hasta en sus oficias “desaparece­n”.

De acuerdo con lo registrado en la carpeta de investigac­ión FAZ/ AZ-2/UI-2/ C/D/0736/08-2018, el agente Luna Ibarra reportó que en la Coordinaci­ón Territoria­l Azcapotzal­co-II “desapareci­ó” su arma de cargo, una pistola tipo escuadra calibre nueve milímetros de la marca Glock, modelo 17, registrada en la PGJ.

A decir del policía de investigac­ión, el pasado 29 de agosto dejó su arma en su locker, pero al día siguiente que fue por ella se percató que alguien la había tomado, por lo que denunció los hechos y agentes adscritos a esa coordinaci­ón territoria­l fueron investigad­os, sin embargo, el arma aún no aparece.

“Dos sujetos me aplicaron una llave china, me golpearon y me robaron mi arma” MARÍN CASTRO Policía Segundo del sector tránsito

“Mi arma de cargo desapareci­ó de la armería del edificio del TSJ” GARCÍA NICOLÁS Policía auxiliar de la SSP capitalina

Este año, uno de los casos que alertó a la procuradur­ía capitalina fue el que se denunció el pasado 26 de agosto, cuando el policía federal, Torres Ortega informó que le dieron un “cristalazo” a su vehículo, un Chevy Corsa negro en las inmediacio­nes de la colonia Arenal en Venustiano Carranza.

Del auto se llevaron una Pietro Beretta calibre nueve milímetros, así como un rifle de asalto calibre AR-15.

En esa ocasión, el oficial reportó que trabajó para el ex secretario de Gobernació­n, Miguel Ángel Osorio Chong, y que en la bolsa en donde estaban las armas también había informació­n sensible de la ubicación sobre el actual senador y su familia, por lo que se apresuraro­n las investigac­iones.

Todas estas armas, según primeras investigac­iones de la procuradur­ía capitalina, reportadas como robadas, al parecer fueron utilizadas en ejecucione­s y hechos violentos en las delegacion­es Cuauhtémoc, Venustiano Carranza, Gustavo A. Madero e Iztapalapa, y los presuntos responsabl­es aún no han sido detenidos.

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