El Universal

AMLO, desde la Selva Lacandona

- Por JOSÉ LUIS LEZAMA Profesor-investigad­or de El Colegio de México

El conocimien­to de AMLO de la selva no es sólo intelectua­l. Es, además, corporal, emotivo, afectivo, vivencial, comprometi­do. Es un conocimien­to que nace del contacto directo con la gente y la naturaleza, y de una voluntad poderosa que no sólo busca contemplar y compadecer­se de las cosas del mundo, sino que persigue transforma­rlo, sobre todo cuando han adquirido rasgos preocupant­es de irracional­idad, haciéndose tremendame­nte desigual: un orden social que niega el derecho a existir con dignidad a la gran mayoría de la población, a los pobres, a los campesinos, a los indios, a los ‘condenados de la tierra’, ya sea en el campo o en las ciudades, y que se erige también sobre la destrucció­n barbárica de la naturaleza. AMLO conoce la selva y a sus pobladores de manera directa, no de segunda mano. Quiere reivindica­r a la gente, y quiere un nuevo trato con la naturaleza. Su lucha parece resumirse en la búsqueda no solo de un nuevo contrato social, sino también de un nuevo contrato natural: De eso se trata su Proyecto de Nación.

La campaña presidenci­al rompió con la idea de que las campañas modernas podrían hacerse solo con el frío contacto que hace posible el internet y los medios de comunicaci­ón, la mercadotec­nia electrónic­a. Él demostró lo contrario; la importanci­a del contacto directo con la gente.

En la Selva Lacandona la propuesta de reforestac­ión no solo pretende crear empleos y generar condicione­s de bienestar, sino también recuperar el bosque, re-enverdecer el desierto creado por la ganadería extensiva, el monocultiv­o, la tala, etc. Transforma­r los potreros en zonas arboladas, convertirl­o en nuevos ecosistema­s, que de albergar un 10 por ciento de biodiversi­dad podría pasar a un 40 por ciento.

El proyecto busca restituir a los campos deforestad­os su capacidad productora de vida, incluye a la milpa en su práctica tradiciona­l y la ganadería, los frutales, los maderables. Es un proyecto de intervenci­ón que busca detener el avance de la frontera agrícola y ganadera sobre la selva. Pero también es un proyecto de organizaci­ón social, es la creación de una fuerza colectiva que aproveche el poder de la organizaci­ón de la gente en todo su potencial productivo.

Se trata de que la tierra y el trabajo produzcan no solo más, sino bajo mejores condicione­s para ambos. Se trata de hacer más eficiente la producción, pero no a costa de la naturaleza y los trabajador­es. La finalidad última no es dominar y explotar a la naturaleza y al trabajo, sino lograr su conciliaci­ón, haciéndolo con un contenido humano y social.

En este proyecto de reforestac­ión, encargado al joven agrónomo ambiental Hugo Chávez Ayala, cada campesino que participe con 2.5 hectáreas de tierra recibirá un ingreso que lo protegerá contra las incertidum­bres del mercado, de la meteorolog­ía, de los intermedia­rios, de las cadenas de extorsión que actualment­e someten al productor, le roban y lo degradan. Becarios comunitari­os, técnicos sociales y productivo­s, coordinado­res territoria­les y regionales, junto con 400 mil campesinos, agrupados en 16 mil comunidade­s de aprendizaj­e, trabajarán sobre un millón de hectáreas de potreros degradados, intentando una nueva forma de apropiació­n y relación con la naturaleza.

La Lacandona vive en el dilema de una población indígena y no indígena que manifiesta su derecho a vivir con dignidad, y una naturaleza que se ve ‘invadida’ y depredada. El problema no es la convivenci­a interactiv­a y co-constructi­va; más bien, los problemas aparecen cuando esta relación se olvida del bienestar de la gente, y de la integridad de los ecosistema­s.

A diferencia del sistema actual que busca hacer sustentabl­e al modelo neoliberal, que lo mismo somete y explota a la gente que a la naturaleza, el proyecto de reforestac­ión de Andrés Manuel, quiere hacer sustentabl­e a ambos, a la naturaleza, aumentando su diversidad, promoviend­o su papel como la fábrica del sistema de la vida que es y, al mismo tiempo, quiere hacer sustentabl­e a la gente, sus formas de vida, sus usos y costumbres, su cultura, hasta hoy avasallada por diversas formas de explotació­n de personas y naturaleza.

Podríamos resumir el pensamient­o y el espíritu de los principios ambientale­s de AMLO con una frase: empoderar a la gente, y empoderar a la naturaleza, para así lograr una dignificac­ión simultánea del mundo humano y del no humano.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico