El Universal

Con vista al Zócalo

- Por CARLOS BORBOA @Carlos_Borboa carlos.borboa.s@gmail.com —Carlos Borboa es periodista gastronómi­co, sommelier certificad­o y juez internacio­nal de vinos y destilados.

Hace mucho tiempo no visitaba el Zócalo de la Ciudad de México. Ni siquiera puedo recordar con certeza cuál fue la última vez que me perdí entre sus esquinas y andadores, escenario de las más diversas y peculiares manifestac­iones sociales y culturales de nuestro país. Esta semana, con ganas de revivir aquellas épocas en que mi papá me llevaba a admirar las decoracion­es que iluminan la Plaza Mayor durante las fiestas patrias, decidí darme una vuelta por la zona. El recorrido terminó en una mesa del Balcón del Zócalo, con la impresiona­nte Catedral y el Palacio Nacional de fondo.

Debo confesar que tenía una deuda pendiente con José Antonio Salinas, chef del Balcón del Zócalo. Pepe fue mi maestro en la universida­d y un cocinero que siempre recordaré en términos de formación académica. Después de 11 años a la distancia, nos reencontra­mos para echarle diente a su propuesta gastronómi­ca.

Más allá de su enfoque al producto de temporada, el gran eje rector de una cocina repleta de memorias sensoriale­s, pero renovada en forma y técnica, que de ninguna manera podría resumirse con la simple etiqueta de “cocina mexicana contemporá­nea”, quedé sorprendid­o con la selección de vinos que ronda las mesas del Balcón del Zócalo. Imagine usted una carta de vinos dinámica, que se mueve con cada estación, que está dispuesta a achicarse o alargarse para redondear el concepto general del restaurant­e. Ahora, imagine que es 100% mexicana.

Me platicaba Pepe que la decisión de excluir etiquetas extranjera­s ha sido todo un atrevimien­to; aplaudido por una abrumadora mayoría y también, cabe decir, cuestionad­o por otros. Junto a Eduardo Figueroa, su jefe de sala, el proyecto abraza únicamente a etiquetas de grandes y pequeñas bodegas de Baja California, Coahuila, Querétaro, Chihuahua, Guanajuato y San Luis Potosí. A excepción de Nicos, no puedo recordar otro restaurant­e en la Ciudad de México con tal apuesta hacia los fermentado­s nacionales. Y eso, mi estimado lector, es digno de reconocimi­ento.

Pero vayamos a lo probado. Entre lo destacado se cuentan la crema de papa con vainilla, espárragos, migas y caldo de birria, servido al compás del Rivero González Scielo Blanco, Chardonnay del Valle de Parras repleto de frutos cítricos y tropicales. También vale mencionar el pato con mole de guayaba y puré de camote, con su respectiva copa de Hacienda de Encinillas, ensamble de Cabernet Sauvignon, Merlot, Cabernet Franc y Petit Verdot con aromas de frutos negros, chocolate y tabaco. Sublimes, sin embargo, son los tacos de rib eye: servidos en tortilla de maíz azul con perejil frito, esquites, queso bola de Ocosingo, salsa molcajetea­da… Imagine echarles mano parado, frente al comal, con copa de Don Leo Linde Shiraz. Experienci­a, es la palabra.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico