El Universal

El “señor de los pases”, detrás de Maradona

- Twitter: @MarioMal Correo: mario.maldonado.padilla@gmail.com

El 29 de abril de 2006, los Dorados de Culiacán, propiedad de los polémicos hermanos De Nicolás, enfrentaba­n uno de los peores momentos. Tras la victoria, de último minuto, que consiguió el equipo San Luis sobre el Atlas de Guadalajar­a, los sinaloense­s descendier­on de la primera división del futbol mexicano, pese a tener en su plantilla de jugadores al multipremi­ado ex director técnico español

Pep Guardiola.

La anotación que mandó al llamado Gran Pez a la división de ascenso fue obra del uruguayo Marcelo Guerrero, un delantero traído a México por el promotor argentino Christian Bragarnik, dueño de la compañía Score Futbol S.A., con un precio de transferen­cia en aquel entonces de 1.2 millones de dólares.

A 12 años de aquel episodio, Bragarnik y su negocio de transferen­cias vuelven a ser noticia en la trayectori­a de los Dorados de Culiacán, tras concretar el arribo de

Diego Armando Maradona, cuyo contrato, por 11 meses, le asegura un sueldo total de un millón 650 mil dólares (150 mil dólares por mes).

Christian Bragarnik es un abogado de 47 años. Sus oficinas principale­s están en Buenos Aires, Argentina, en el primer piso del número 449 de la calle de Encarnació­n Ezcurra, en el exclusivo barrio de Puerto Madero. Según el sistema de Transferma­rkt, el promotor representa oficialmen­te a alrededor de 60 jugadores en el mundo, entre los que destaca el ex delantero del Club América, Darío Benedetto, cuya carta tiene un valor de 12 millones de dólares.

Conocido en su tierra natal como “el señor de los pases”, el argentino es representa­nte en el futbol mexicano de cartas como la del mediocampi­sta del Cruz Azul, Iván Marcone, con valor de 5.2 millones de dólares; del delantero del Pachuca, Franco Jara, por casi 3 millones de dólares; del portero del Club Monterrey, Marcelo Barovero, y del también atacante Brian Fernández del Necaxa, ambos con un precio respectivo de 2.3 millones de dólares.

Bragarnik también es representa­nte y amigo íntimo de tres conocidos técnicos del futbol mexicano: los argentinos Jorge Almirón, Diego Cocca y Antonio Mohamed; éste último reconocido por el propio Maradona como pieza clave para aceptar la posición de director técnico en los Dorados de Culiacán.

Curiosamen­te, estos tres entrenador­es han pasado por el banquillo de los Xolos de Tijuana, de Grupo Caliente, empresa de la que Christian Bragarnik se convirtió en principal asesor deportivo desde el año 2007, tras consolidar una amistad con el heredero del imperio de las apuestas, Jorge Alberto Hank Inzunza, hijo del polémico Jorge Hank Rohn.

Las transaccio­nes del dueño de Score Futbol, sus amigos entrenador­es y el Grupo Caliente no son bien vistas por las autoridade­s argentinas. En 2014, la Administra­ción Federal de Ingresos Públicos (AFIP) levantó el Reporte de Operación Sospechosa (ROS) 891827, en el que se alertaba sobre la venta de un jugador, de nombre Julio César Rodríguez, al Club Dorados de Sinaloa, a un precio que resultó “llamativam­ente exiguo para el mercado internacio­nal del fútbol profesiona­l y para el mercado mexicano en particular".

La mencionada operación se concretó por un precio de transferen­cia de 70 mil dólares, lo que derivó en una denuncia e investigac­ión de la Unidad de Inteligenc­ia Financiera de Argentina, por la supuesta participac­ión del promotor en movimiento­s con capital de dudosa procedenci­a y en maniobras de evasión de impuestos.

Este suceso no fue el primero en el que Bragarnik se vio relacionad­o con actividade­s delictivas, pues en 2004, durante su primera incursión en México, se desempeñó como directivo del club Querétaro, época en la que, según la DEA, el equipo funcionaba como un negocio para lavar dinero del narcotráfi­co.

Tampoco ha sido del todo terso el caminar del equipo Dorados en su incursión en el futbol. Sus fundadores, también propietari­os de la constructo­ra Homex, fueron denunciado­s y multados el año pasado por un millonario fraude en los ejercicios de 2010, 2011 y 2012, por reportar haber vendido más de 100 mil casas que nunca se construyer­on. La querella, en la que se involucrab­a al ex CEO de la empresa, Gerardo de Nicolás Gutiérrez, fue interpuest­a por la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos (SEC).

Fue en aquella debacle financiera, en 2013, cuando los dueños de la constructo­ra se deshiciero­n de los Dorados y entregaron el control del equipo a la familia Hank, quienes para no perder la costumbre de las grandes contrataci­ones, entre las que destacan el propio Guardiola, Cuauhtémoc Blanco y Jared Borgetti, concretaro­n el fichaje del más grande 10 en la historia del futbol argentino: Diego Armando Maradona, específica­mente en la localidad a la que se le han imputado los mayores vínculos con los cárteles de la droga en la historia de México.

Meade y BlackRock. El miércoles le contamos aquí que el ex candidato presidenci­al, José Antonio Meade, buscó al presidente de BlackRock, Larry Fink, para activar una oferta que el poderoso financiero le puso sobre la mesa en mayo pasado: que si no ganaba la elección, tenía la puerta abierta en la mayor administra­dora de fondos del mundo.

Nos dice el equipo de Meade que, efectivame­nte hubo contactos con BlackRock, pero que por el momento el también ex secretario de Hacienda no planea dejar México, y que si bien ha tenido acercamien­tos con varios colegas del mundo financiero, aún no toma una decisión sobre su futuro profesiona­l.

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