¿Tienen futuro las criptomonedas?
Tendencias. Una tecnóloga y un economista discuten los beneficios y riesgos de adoptar esta tecnología
Las criptomonedas, en especial el Bitcoin, han ganando notoriedad en los últimos años. Hay quien opina que solo se trata de una moda sin una aplicación debido a que no están respaldadas por un banco central. Y también hay quienes creen que son el futuro de las transacciones internacionales.
Para debatir ambos puntos, la compañía KIO Networks, llevó a cabo el evento Versus, que enfrentó los puntos de vista de Kathryn Haun, directora de Coinbase y Hackerone, y Paul Krugman, ganador del Premio Nobel de Economía en 2008.
La experta en tecnología relató que su primer contacto con las criptomonedas se dio tras estar investigando un caso de extorsión y fraude en línea. Tras la experiencia comprobó que uno de los mitos relacionados con las monedas virtuales es falso. “Su uso no es anónimo, es posible rastrear todas las transacciones debido a que están basadas en tecnología blockchain;
es decir que los datos no se pueden alterar y que no solo los gobiernos pueden seguir el rastro; con inteligencia artificial será más fácil hacer las conexiones”.
Haun dijo también que es muy común escuchar que las criptomonedas solo son utilizadas con fines criminales. “Cualquier tecnología que vale la pena probar primero pasa por los delincuentes. No es que no haya fraudes alrededor de las monedas virtuales, pero actualmente solo 1% de los usos que se les dan están relacionados con algún delito, en comparación con 2012 cuando el porcentaje era del 30%. Y esto se debe a que cada vez más gente común está empezando a utilizarlas. Lo que es más, si alguien no quiere ser localizado, no debe usar criptomonedas porque nunca han sido hackeadas”.
Agregó que las criptodivisas están sujetas a las leyes de lavado de dinero internacionales, por lo que no son una opción en ese sentido, pero sí para mantener el valor de las ganancias, sobre todo en nichos específicos y con poca protección, por ejemplo los ciudadanos que envían remesas a sus familias.
“En promedio, el 7.5% del valor de las transacciones internacionales se queda en manos de los intermediarios. En algunos casos, de 100 dólares que envía una persona, 30 se pierden por las comisiones. Esa es una muestra de que el sistema actual no está cumpliendo con todas las necesidades del mundo”.
Por su parte, el economista Krugman opina que esta tecnología no ofrece mayores beneficios e, incluso, significaría un retroceso en el sistema. “La creación de las monedas virtuales implica muchos recursos en términos, por ejemplo, de electricidad. Su utilización implicaría regresar 300 años. Están recreando los problemas de la creación de la moneda, y no se trata de lo digital en sí, sino de la reputación de las instituciones que tienen que cumplir con lo que prometen para mantenerse, porque el gobierno los obliga, pero con las criptomonedas eso no existe o se sorprenderán de qué tan rápido la supuesta libertad de usarlas se acaba cuando el gobierno interviene”.
Agregó que no las considera una opción ante la poca bancarización de algunas regiones pues, dijo, las personas que no tienen cuentas bancarias tampoco tienen Internet. Ante dicho argumento Haun señaló que la mayoría de los usuarios comunes que utilizan el dinero virtual usan aplicaciones móviles, es decir que no requieren de una computadora sino de un smartphone, dispositivos cuya adopción sigue creciendo en todo el mundo.
La promotora de las criptodivisas comentó que una de las razones de que muchos prefieran el dinero virtual a los sistemas de banca electrónica es que “la banca global móvil es muy lenta y no brinda una buena experiencia. Además, en particular, las generaciones más jóvenes no confían en esas instituciones o en el mercado de valores”.
Respecto a la falta de un respaldo real de las monedas digitales, y por ende la volatilidad que han registrado, el Premio Nobel sentenció: “en ocasiones, las personas le dan valor a cosas que no tienen mucho uso. El bitcoin va a ser como el oro o los billetes de alta denominación que solo se acumulan. La diferencia es que estos están anclados a la realidad, tienen un uso real como la joyería y los billetes los puedes cambiar por otros de baja denominación para hacer más transacciones, pero con el bitcoin no haces nada. Va a ser valioso hasta que la gente crea que es valioso. Yo creo que hay una gran probabilidad de que vaya a la baja, no sé porqué tendría que ser algo de valor. En mi opinión, el blockchain será un sustituto caro para lo que nos ha llevado años construir, que es la confianza. Las criptomonedas no dan signos de convertirse en una divisa útil. Si se ve fuera de la perspectiva de la tecnología, considero que es algo que va a pasar, no creo que debamos usarla”.
Krugman aceptó que las monedas digitales podrían tener algunos usos específicos, pero opina que resultarán caras y complicadas si se quieren usar para realizar transacciones simples. “Tienen 10 años en el mercado pero muy poca aplicación en el sistema financiero. Hay muy pocas señales de que se estén usando como moneda de cambio, entre otras razones porque no se entiende cómo es que funciona su validación. Alguien tiene que invertir sus recursos y afirmar que la moneda es verdadera”. Al respecto Haun, dijo que una muestra de su utilidad y solidez es que, tras 10 años en el mercado, siguen operando con estándares más constantes. “La primera generación de criptomonedas era muy difícil de entender, ahora ya hay opciones más estables. Es cierto que hay muchas monedas en el mercado y que no puedes confiar en todas, pero sí ofrecen ventajas, por ejemplo el que, para realizar algunas operaciones, ya no son necesarios los intermediarios”.
Por último, la especialista aclaró que, pese a estar a favor de su uso, no considera que las criptodivisas lleguen a reemplazar las monedas o el sistema financiero actual, solo serán un complemento.