EL DATO
Efervescencia cultural. Hacia mediados de los años 60, la UNAM ya era un gran espacio de cultura. “En los cineclubes y los auditorios de las facultades vimos las obras de los directores del neorrealismo italiano, así como de Federico Fellini, Ingmar Bergman y François Truffaut; y escuchamos canciones de Joan Báez, Atahualpa Yupanqui, los Parra y Pete Seeger. A los Beatles los escuchábamos cuando llegábamos a casa. El movimiento estudiantil del 68 se dio en medio de una ruptura y efervescencia cultural. Quizá por eso fue tan eufórico”, dice Zermeño.