Una oda a la sensualidad
En 1994, llegó su oportunidad dorada: se convirtió en director creativo de Gucci. Sus diseños atrajeron rápidamente los reflectores no solo por su elegancia, sino también por una notable carga sexual. Piezas entalladas, con escotes pronunciados y reveladoras transparencias se asociaron con la estética de la firma. De tomar una empresa casi en la bancarrota, Ford consiguió aumentar su valor a más de 10 billones de dólares para 2004, de acuerdo con el portal Business of Fashion. Ese mismo año, el texano se despidió tanto de Gucci como de Yves Saint Laurent, casa de la que había tomado las riendas cinco años atrás.