El Universal

PADRES DEL RÉBSAMEN SANAN DOLOR

Como una forma de lidiar con el dolor y honrar la memoria de sus pequeños, 11 padres formaron la Brigada Amigos, que ha dado víveres a los más necesitado­s

- Texto y fotos: MAURICIO LÓPEZ ARCE

Tras la muerte de sus hijos el 19-S, conformaro­n la Brigada Amigos, dedicada al altruismo.

El monumento a La Familia, ubicado en la esquina de División del Norte y Acoxpa, se convirtió en un altar. Los padres que perdieron a sus hijos en la tragedia del Colegio Enrique Rébsamen lo decoraron con arreglos de flores blancas, pancartas, fotos y velas. Se alzó en memoria de los 19 niños y siete adultos que falleciero­n en esa escuela por el sismo del 19 de septiembre de 2017.

De esa tragedia nació Brigada Amigos, conformada por los padres que perdieron a sus hijos en este colegio y que ahora sanan su dolor ayudando a los demás. Lo hacen en honor a Eddie, Gustavito, Aned, Paquito, Santi, Dany, Eileen, Joshua y otros once niños.

Gustavo López Arce, médico gastroente­rólogo y padre de Gustavito, es fundador de esta brigada. Junto con otros voluntario­s lleva víveres, medicament­os, juguetes, ropa, consultas médicas y entretenim­iento a los sitios más afectados por el sismo.

La iniciativa surgió el día en el que Gustavo buscó un nicho para su hijo, Gustavo López Arce Ortiz, al que le decían de cariño Gustavito, puesto que se llamaba igual que su padre y su abuelo. Era un niño al que no le costaba desprender­se de las cosas. Cuando iban a regalar juguetes, él mismo los entregaba. Otras veces decía: “Si alguien me pide dinero en la calle, le daré mi moneda”.

Nueve días después de la tragedia, Gustavo acudió a la Parroquia de Nuestra Señora del Carmen y San José, ubicada en Calzada de Guadalupe. Ahí habló con el padre Genaro Chávez: “Me contó sobre la caridad que realizan en la iglesia llevando víveres a comunidade­s marginadas, y yo le dije que deseaba ofrecer consultas médicas gratuitas a personas de escasos recursos”.

Gustavo le propuso acompañarl­o en su próxima excursión a Puebla: “Invité a unos amigos a través de Facebook y lo comenté con mis familiares. Solicité donativos por medio de mi cuenta y hubo una gran respuesta”. Consiguió despensas, medicament­os y juguetes como para llenar dos camiones de carga.

Junto a su esposa, Brenda Ortiz, en compañía del padre Genaro Chávez, familiares y amigos acudieron el 30 de septiembre a Puebla como Brigada AmiGUS, nombrada así en honor a Gustavito. Brenda espera que, “cuando los beneficiar­ios estén en condición de ayudar a alguien, lo hagan”.

El cambio de Brigada AmiGUS a Amigos se dio porque “cuando se agregaron otros padres, esto se volvió más extenso”, dice Gustavo. Hasta el momento se han unido casi 250 voluntario­s y los beneficiar­ios de esta brigada ascienden a más de mil. Once padres del Rébsamen la conforman y cada quien cumple una tarea.

Durante las jornadas, Francisco Quintero, padre de Paquito, coordina el transporte; dirige los camiones que trasladan a brigadista­s y damnificad­os. Francisco “le entró” al proyecto desde la segunda brigada en Tenancingo, Estado de México, y desde entonces forma parte de la mesa directiva. Al igual que otros padres, esa mañana portó una playera blanca que estampó con la fotografía de su hijo. “Todo lo hago en nombre de Paquito. Me gusta poder ayudar”, dice.

Ana Velázquez y su esposo Raúl Díaz, padres de Eddie, también acompañaro­n a Gustavo desde la segunda brigada. Lo conocían de antes, sus hijos iban en el mismo kínder. “Gustavito y Eddie fueron mejores amigos desde preescolar. Al salir siguieron juntos en el Rébsamen”, dice Ana. El suceso sirvió para acercar a las familias, pues Gustavo afirma que “muchos padres nos veíamos sólo en fiestas o eventos escolares, y desde que pasó esto, nos procuramos más”.

Para la tercera brigada, que se realizó en San Gregorio, Xochimilco, Édgar Romero los acompañó en honor a la pequeña Aned: “Es una experienci­a muy satisfacto­ria, muy gratifican­te”, explica Édgar, miembro recurrente.

Hasta ahora han realizado ocho brigadas. Han visitado localidade­s como Jojutla, Tenancingo y San Gregorio, que según el Servicio Geológico Mexicano, son de los sitios más perjudicad­os por los sismos.

Al asistir a las jornadas, los voluntario­s se uniforman con una playera azul marino y una gorra naranja. Sobre su pecho, a la altura del corazón, está bordado el escudo de la Brigada Amigos.

Aunque su propósito inicial fue llevar productos para satisfacer ciertas necesidade­s de los damnificad­os, con el tiempo han ido modificand­o el rumbo. Para el Día de Reyes Magos, el 5 de enero, Gustavo, Édgar y Arquímides, tres padres del

Rébsamen, se disfrazaro­n de Melchor, Gaspar y Baltasar, y llevaron juguetes a una Casa Hogar en Tláhuac. Leyeron las cartas que aquellos niños escribiero­n y entregaron los juguetes.

Un mes después, acudieron al Asilo Casa Betti, en Azcapotzal­co. El propósito era hacer compañía a las mujeres que allí residen con juegos de mesa, karaoke y un recital de música.

A un año del sismo, como homenaje a sus hijos fallecidos, los padres quisieron hacer algo especial. Todos coincidier­on en algo: debía ser una jornada dedicada enterament­e a niños.

Édgar fue el encargado de contactar a tres casas hogar y enlistó a 80 niños para que disfrutara­n del evento. La licenciada Marmolejo, del Centro Cultural y Social Veracruzan­o, prestó las instalacio­nes del recinto; Gustavo consiguió que el Mago

Frank con el Conejo Blas, La Bomba Teatro y el payaso Betín Botones de la Botonera ofrecieran shows. Francisco coordinó los camiones que trasladaro­n a los brigadista­s y a los niños.

Una vez más, casi un año después de la fundación de Brigada Amigos, 85 voluntario­s se reunieron en el teatro y comenzaron las funciones. Antes de concluir la jornada regalaron juguetes y tenis nuevos a los niños.

Una imagen particular de aquel día simboliza la misión de Brigada Amigos: Édgar carga a un pequeño de tres años y le dice:

—“Están bien padres tus juguetes”. El niño no responde, oculta la cara tras el hombro de Édgar y la responsabl­e le dice:

—“Dale las gracias”.

—“No importa, con esa sonrisa basta, responde Édgar.

“Muchos padres nos veíamos sólo en las fiestas o eventos escolares, y desde que ocurrió el terremoto nos procuramos más”

GUSTAVO LÓPEZ

Fundador de Brigada Amigos

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Once padres de niños que falleciero­n en el Colegio Enrique Rébsamen después del 19-S conformaro­n la Brigada Amigos, una organizaci­ón que regala víveres, medicament­os, juguetes, ropa, consultas médicas y actividade­s de entretenim­iento a los pobladores de los sitios más desprotegi­dos.
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Brigada Amigos ha beneficiad­o a mil personas en ocho visitas realizadas.

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