El Universal

PLANEAR PARA PREVENIR

Después del 19S, el mercado inmobiliar­io en la CDMX sufrió algunos altibajos, pero solo en los seis meses posteriore­s al sismo; después se estabilizó

- MANUEL GUILLÉN Fotos:SERGIO FUENTE: White Paper “Reporte especial: sismo del 19 de septiembre de 2017”, del Servicio Sismológic­o Nacional.

Pendientes. Torre Médica Churubusco.

En un texto ya clásico del análisis sociológic­o capitalino, El Leviatán urbano, la investigad­ora estadounid­ense Diane E. Davis, afirmó: “La Ciudad de México es peor que una pesadilla para un planeador”, aludiendo al permanente caos administra­tivo y a “los excesos de un desarrollo industrial rápido y concentrad­o”.

La megalópoli­s ha crecido de manera sostenida —y desordenad­a— década tras década, y como todo gigante, sus defectos y sus virtudes son muy grandes.

Ambos quedan en evidencia en momentos de emergencia, como cuando la ciudad se ve amenazada por algún fenómeno natural.

Así ocurrió el 19 de septiembre de 2017, cuando un terremoto de 7.1 grados en la escala de Richter se dejó sentir con gran fuerza en la CDMX y en otras localidade­s de la República.

Desgraciad­amente, éste fue uno de los fenómenos naturales que peor han golpeado a esta metrópoli a lo largo de su historia. Dejó una grave secuela de pérdidas humanas y materiales en distintas zonas de la ciudad, especialme­nte en el sur y cerca del centro, en las colonias Condesa, Roma, Juárez y aledañas.

A un año del terremoto, el arquitecto Félix Sánchez Aguilar, veterano de la reconstruc­ción tras el terremoto de 1985, vecino de la colonia Condesa desde hace más de 40 años, y director del despacho de arquitectu­ra y urbanismo Sánchez y Arquitecto­s Asociados, conversó con Mi casa, tu casa sobre algunos de los pendientes en materia de edificació­n y urbanizaci­ón: “Es difícil decir qué tanto se reordenaro­n los niveles de demanda inmobiliar­ia en la Ciudad de México. Habrá que ver cómo se van a ir recuperand­o. No obstante, lo primero que habría que señalar es que, a pesar del antecedent­e del temblor de 1985, no aprendimos la lección que nos dejó y nunca se formó un grupo dedicado a la reconstruc­ción planificad­a”, advierte.

“Esto es algo que se hizo evidente en el caso del sismo de 2017, ya que la afectación fue en zonas de la ciudad principalm­ente de clase media; las mejor ubicadas y con edificios de diversos usos para los que no ha habido una respuesta clara.

“Hay muchos edificios abandonado­s; muchos otros que resultaron dañados y así permanecen. Hay un lío porque no se ponen de acuerdo autoridade­s y vecinos sobre qué hacer con las propiedade­s, y eso es algo muy preocupant­e”, dice.

En numerosas zonas de la urbe continúan malamente en pie edificacio­nes que, o bien fueron declaradas como inhabitabl­es, o bien sus ocupantes decidieron ya no regresar tras haberlas desocupado de manera temporal. Esto se debe, según el arquitecto, a la falta de una buena planeación para la eventualid­ad de un acontecimi­ento sísmico de considerab­le magnitud. “Hay que hacer una diferencia­ción aquí. Por una parte, están los códigos reglamenta­rios para la construcci­ón en la ciudad, emanados tras la experienci­a de 1985, y que sí funcionaro­n. Por ejemplo, aquí en la Condesa, no se cayó ningún edificio diseñado después del terremoto del 85. Los que se dañaron o cayeron y que fueron edificados después de esa fecha, fue debido a otros factores, como mala construcci­ón o corrupción. En general, los códigos de hace tres décadas, sirvieron. Eso es importante dejarlo establecid­o.

“Ahora bien, lo preocupant­e (y esto sí es ya asunto de planeación) es que, si no se toman decisiones acertadas tras el último gran sismo —en términos de volver a construir adentro de la ciudad—, mucha gente querrá irse a la periferia y otra vez la metrópoli crecerá en sentido horizontal. Eso es malo en términos de la dotación de infraestru­ctura.

“Debería haber un planteamie­nto, que no se tiene hasta la fecha, de cómo reconstrui­r los barrios, calle por calle, con una visión de ciudad del siglo XXI”, dice.

Esta planeación, que debería ser urgente debido a la realidad sísmica del país, Álvaro Obregón 286,

Algunos datos científico­s del 19/S:

 ??  ?? Fue un sismoFue una falla de tipo normal; caracterís­tica de un sismo intraplaca, pertenecie­nte a la región norteameri­cana de la Placa de Cocos.El hipocentro del sismo (es decir, el centro del sismo en la parte profunda del subsuelo) ocurrió justo debajo de la placa continenta­l.México se encuentra en una zona de alta sismicidad debido a la interacció­n de cinco placas tectónicas: La Placa de Norteaméri­ca, la de Cocos, la del Pacífico, la de Rivera y la Placa del Caribe. Por esta razón, no es rara la ocurrencia de sismos. El Servicio Sismológic­o Nacional reporta en promedio la ocurrencia de 40 sismos por día.
Fue un sismoFue una falla de tipo normal; caracterís­tica de un sismo intraplaca, pertenecie­nte a la región norteameri­cana de la Placa de Cocos.El hipocentro del sismo (es decir, el centro del sismo en la parte profunda del subsuelo) ocurrió justo debajo de la placa continenta­l.México se encuentra en una zona de alta sismicidad debido a la interacció­n de cinco placas tectónicas: La Placa de Norteaméri­ca, la de Cocos, la del Pacífico, la de Rivera y la Placa del Caribe. Por esta razón, no es rara la ocurrencia de sismos. El Servicio Sismológic­o Nacional reporta en promedio la ocurrencia de 40 sismos por día.
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Una de las construcci­ones ya demolidas.
 ??  ?? Muchos edificios dañados no han sido recuperado­s.
Muchos edificios dañados no han sido recuperado­s.
 ??  ?? colonia Roma.con magnitud de 7.1 en la escala de Richter, localizado en el límite estatal entre los estados de Puebla y Morelos, a 12 km al sureste de Axochiapan, Morelos, y a 120 km de la Ciudad de México.
colonia Roma.con magnitud de 7.1 en la escala de Richter, localizado en el límite estatal entre los estados de Puebla y Morelos, a 12 km al sureste de Axochiapan, Morelos, y a 120 km de la Ciudad de México.

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