El Universal

“Por la lluvia, todo flotó en la casa”

• Francisca Campos y Miguel Rojo son afectados • En Bolsa de Tosalibamp­o están incomunica­dos

- TERESA MORENO Enviada —estados@universal.com.mx

Ahome.— Sentada frente a su casa, Francisca Campos Soto, de 52 años, y su esposo, Miguel Ángel Rojo Acosta, de 57, miran tristes lo que el agua se llevó. No pueden entrar a su casa ni dormir en ella porque está anegada, llena de lodo. Ellos y sus dos hijos sólo lograron rescatar lo que traen puesto.

Este es el resultado de la depresión tropical E-19, que afectó a 11 municipios de Sinaloa declarados zona de desastre y a 11 de Sonora. En Sinaloa, donde la Secretaría de la Defensa Nacional llevó a 516 de sus elementos a aplicar la segunda fase del Plan DN-III, hubo más de 2 mil 658 damnificad­os, como Francisca, del Ejido Las Altas.

“Estamos en la calle porque nos llegó muy fuerte la lluvia y aunque pusimos tapones en la puerta, nada funcionó. Todo empezó a flotar; pudimos salir, pero con mucho trabajo”, cuenta en entrevista.

Desde que el miércoles pasado la lluvia arruinó las carreteras y los caminos, los vecinos de la comunidad de Bolsa de Tosalibamp­o se han mantenido incomunica­dos: no tienen recepción para llamar por teléfono y las carreteras cercanas continúan anegadas o llenas de socavones, lo que ha impedido el paso de camiones repartidor­es para surtir las tiendas locales o la repartició­n de víveres por vía terrestre.

Les falta agua. El lunes, cuando llegaron elementos de la Sedena a repartir despensas, los vecinos comenzaban a caer en la desesperac­ión: no tenían dónde comprar agua para beber, y la de los pozos se contaminó con los animales muertos que arrastró la lluvia del miércoles, que duró todo el día y la noche. La emergencia pasó, pero en la comunidad prevalece el olor a muerto.

“Algunos están intentando purificar agua con cloro, pero sale amarillent­a (...). Muchos niños se están enfermando del estómago, a ellos les damos el poco líquido que nos queda, pero se nos está terminando”, dice Arturo, uno de los afectados.

Hasta ahora han fallecido cinco personas, dos más se encuentran desapareci­das y han sido evacuadas 2 mil 658 personas a 20 albergues.

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Miguel Ángel Rojo y Francisca Campos dicen que aunque pusieron tapones en la puerta de su casa, se inundó.

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