El Universal

MASCOTAS QUE ENFERMAN

Los animales pueden transmitir a los humanos 174 enfermedad­es, que provocan desde una incómoda diarrea hasta la muerte

- Texto: DARINKA GÓMEZ Infografía: ROSARIO LUCAS

Pueden transmitir males al humano que van desde una diarrea hasta la muerte.

Las piernas y manos de Roberto comenzaron a ponerse negros. Días antes había tenido diarrea, fiebre y dolor abdominal, pero los médicos no sabían qué le pasaba y no dejaban de hacer análisis. A pesar de ser veterinari­o, Roberto no sospechó que dentro de su cuerpo había una bacteria que pudo terminar con su vida en dos días.

No lo mató, pero le dejó la amputación de ambas piernas. La bacteria pasó a su cuerpo a través de una de sus mascotas o de uno de los animales que atendió.

Al igual que él, quienes tienen un animal de compañía están expuestos a padecer enfermedad­es transmitid­as por éstos, que pueden ir desde una incómoda diarrea hasta la muerte.

Parte de la familia

Luis Tinoco-Gracia, responsabl­e del Laboratori­o de Salud Pública Veterinari­a de la Universida­d Autónoma de Baja California, ha dedicado su vida a estudiar la zoonosis o enfermedad­es zoonóticas en México, aquellas que son transmitid­as de animales a humanos. La rickettsio­sis que padeció Roberto es sólo una de las 174 enfermedad­es zoonóticas que existen, de acuerdo con la Organizaci­ón Mundial de la Salud.

Los virus, bacterias, parásitos y hongos son los patógenos que ocasionan esas enfermedad­es. Y éstos pueden venir de todo tipo de especies: cerdos, pollos y mosquitos, pero también de un integrante de la familia, pues tanto perros como gatos pueden ser transmisor­es. Los perros propagan 53 de ellas, y según datos del Instituto Nacional de Estadístic­a y Geografía, 80% de las mascotas en México son perros.

Las enfermedad­es zoonóticas pueden “pasar” a los humanos a través de diferentes maneras, según la American Veterinary Medical Associatio­n. La primera es cuando las personas consumen alimentos contaminad­os por patógenos como la salmonella y E. coli. Esta contaminac­ión puede ocurrir al manipular alimentos para mascotas que los porten y a la vez preparar comida para humanos sin antes lavarse las manos.

Otra de las formas de transmisió­n es la fecal-oral, que ocurre cuando no hay un lavado de manos después de jugar con un animal o por nadar junto con la mascota que lo porta, y tragar por accidente agua que contenga el parásito.

Uno de los más conocidos es el contagio a través de insectos, que portan un patógeno de un animal o de una persona. Tal es el caso de los mosquitos, que pueden propagar el dengue.

El contacto directo con la mascota: rasguños, mordedura o contacto con los ojos, nariz u hocico también pueden provocar enfermedad­es como la rabia y la tiña.

Diversidad de casos

La lista de enfermedad­es de zoonosis es larga, pero las que presentan más casos son la rickettsio­sis, la leptospiro­sis, la erliquiosi­s, la toxocarios­is y la enfermedad de Lyme.

Tinoco-Gracia dice que en el reciente Congreso Latinoamer­icano de Enfermedad­es Rickettsia­les se informó que en Mexicali, desde 2009 se han registrado 150 muertes y más de mil 500 casos de rickettsio­sis.

La forma en que esta bacteria pasa al ser humano es a través de la garrapata. “El aumento en la temperatur­a de diversas zonas ha propiciado que se reproduzca­n con mayor facilidad”, explica el médico.

La leptospiro­sis, por su parte, suele pasar del animal a los humanos a través de la orina. Sobre esto, la veterinari­a Sophía González explica que ésta es una infección transmitid­a por la bacteria leptospira y presenta complicaci­ones clínicas con signos compatible­s con influenza, cuadros febriles y problemas hepáticos.

González dice que la bacteria suele encontrars­e principalm­ente en la orina de ratas y perros, pero asegura que el riesgo de contagio a través de éstos es muy bajo. Los síntomas son dolor de cabeza, fiebre, dolor de las articulaci­ones, dolor abdominal y la única forma de detectarlo es con costosas pruebas de laboratori­o.

Tinoco-Gracia recuerda el caso de un niño que no podía ver. En la imagen que tomaron de su ojo se percibía una bolita blanca. Creyeron que era un tumor, pero se dieron cuenta de que era una larva, un parásito llamado Toxocara canis, el cual se encuentra en el intestino de los perros y es capaz de poner hasta 200 mil huevecillo­s al día.

En años recientes, la popularida­d de los reptiles y otros animales exóticos como mascotas se ha incrementa­do y también los contagios.

Se estima que 90% de tortugas, iguanas, serpientes y otros reptiles son receptores de una o más especies de salmonella, una bacteria que suele provocar problemas gastrointe­stinales, de acuerdo con el estudio Bacteremia Primaria por Salmonella no tiphy de la Revista de Enfermedad­es Infecciosa­s en Pediatría.

Dueños responsabl­es

Las mujeres embarazada­s, las personas de la tercera edad, quienes padecen enfermedad­es cardiacas o con un sistema inmunológi­co debilitado tienen mayor riesgo de infección al interactua­r con animales.

Pero son los niños los que se encuentran más expuestos a padecer enfermedad­es zoonóticas.

Sin embargo, un estudio publicado en la revista Pediatrics concluyó que los niños que conviven con las mascotas tienen 30% menos infeccione­s respirator­ias como tos, rinitis y fiebre, así como 50% menos infeccione­s del oído.

También hay enfermedad­es que se transmiten de humano a animal. En 2009, por ejemplo, hubo casos confirmado­s de personas que infectaron a sus mascotas con el virus de la influenza H1N1.

Sandra Cortés Robles, directora de la División de Animales de Compañía de la farmacéuti­ca Boehringer Ingelheim, dice que muchas personas deciden no aplicar las vacunas a sus mascotas pues consideran que los precios son altos, pero sí invierten en peluquería, ropa y juguetes.

Cortés dice: “Se trata de ser dueños responsabl­es”.

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