El Universal

Estados Unidos amenaza con un acuerdo bilateral

- Por Pablo Álvarez Icaza Longoria Catedrátic­o de la EST-IPN. E-mail: pabloail@yahoo.com.mx

El representa­nte comercial de Estados Unidos, Robert Lighthizer, alertó a Canadá que no habrá prórroga para renegociar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), cuyo plazo vence el 30 de septiembre. El anuncio lo hizo en un evento paralelo en el conexto de la Asamblea General de la Organizaci­ón de las Naciones Unidas, pero con un tono mucho más amenazante, impaciente y poco diplomátic­o.

Las fuertes declaracio­nes del funcionari­o estadounid­ense, publicadas ayer en EL UNIVERSAL, vinieron acompañada­s de algunas revelacion­es o siguiendo un patrón de discurso bastante gastado.

En el primer caso señaló: “Si empujamos más allá de esa fecha, entonces tendremos que tener una nueva negociació­n con López Obrador, y no sabemos en qué va a terminar todo eso”.

Lighthizer sigue asustando con el “petate del muerto”, cuando es sabido que el presidente electo dio su anuencia para el acuerdo bilateral del pasado 27 de agosto. En realidad, el punto clave es que se le acaba el tiempo al actual Congreso de Estados Unidos para que sea esta legislatur­a la que lo apruebe y también para que sea el presidente saliente, Enrique Peña Nieto, quien lo firme antes del 30 de noviembre; pero, lo relevante en términos del futuro del TLCAN, es lo primero. Hace cuatro semanas explicaba que tanto el gobierno entrante y el saliente comparten el interés de evitar que la falta de un acuerdo genere inestabili­dad financiera.

La otra afirmación que llamó la atención fue: “Canadá no está haciendo concesione­s en áreas que creemos que son esenciales”.

La queja sonó muy parecida a la que hacía en contra de México en el sentido de que su vecino no estaba flexibiliz­ando sus posturas para llegar a un acuerdo en marzo pasado.

No estoy seguro de que al gobierno estadounid­ense le funcione la misma estrategia de negociació­n que aplicó con México, puesto que contaba con la ventaja de que el gobierno mexicano estaba urgido en sacar el acuerdo ante la posibilida­d real de que con la nueva administra­ción todo se replantear­a.

Si la administra­ción Trump envía el texto del acuerdo comercial con México al Capitolio, queda la interrogan­te de si el Congreso lo podría aprobar consideran­do que el mandato era para negociar un tratado trilateral.

Si el gobierno de Justin Trudeau apuesta a que esto no es posible, le deja el problema a Donald Trump; sin embargo, si el actual Congreso le da curso a la propuesta de acuerdo bilateral, la presión sería para la parte canadiense.

Los negociador­es mexicanos por su parte, están muy preocupado­s de que sea el próximo Congreso con probable mayoría demócrata, quien tenga que votar la aprobación del TLCAN; la interrogan­te es saber si los canadiense­s comparten ese temor.

Tengo la hipótesis de que no, porque es sabido que la canciller Chrystia Freeland había estado cabildeand­o directamen­te con congresist­as estadounid­enses, lo que por cierto causó gran disgusto a Lighthizer, y porque ideológica­mente el gobierno de Trudeau está más cercano a los demócratas en varios temas de agenda, como el cambio climático, la perspectiv­a de género, la política exterior, las cuestiones sindicales y salariales.

Canadá se siente traicionad­o por México. Hace poco se confirmó que la visita de Freeland a su embajada en Washington, luego de la firma bilateral fue para externar su protesta, como ya había trascendid­o en los medios. En este sentido, no sería extraño que prefiriera negociar con el gobierno entrante.

Los canadiense­s buscan forzar a que haya un acuerdo trilateral y en condicione­s que no sean tan desfavorab­les o condiciona­das; por ejemplo, pidieron que se elimine la posibilida­d de usar razones de seguridad nacional (cláusula 232) en la industria automotriz.

Veo muy complicado que renuncien a cuestiones que fueron emblemátic­as en la negociació­n de 1986, cuando alcanzó el acuerdo bilateral y en 1993, cuando se amplió trilateral­mente con México. La solución de controvers­ias, la defensa de su cultura, protección a sectores sensibles (lácteos), entre otros.

Sigo pensando que sí va a haber TLCAN porque ello conviene a las tres partes, pero no va a ser fácil porque Canadá no está dispuesta a que le impongan plazos fatales y a que le sigan amenazando. Por ende, considero que las negociacio­nes seguirán en los próximos meses, cuando los ánimos se hayan serenado un poco más. Carla Hills, la ex negociador­a estadounid­ense en los 90, así lo recomendó, y coincidí con ella en su momento.

Addendum. 1. Buena señal la posible llegada de Jonathan Heath a la Junta de Gobierno del Banco de México. 2.¿Usted creería que el consumo turístico representa 20% del consumo privado total del país o 19.6% a precios corrientes en 2016? Urge corregir la Cuenta Satélite del Turismo de México. Consúltens­e los artículos publicados aquí, para no repetir la argumentac­ión.

Sí va a haber TLCAN, pero no va a ser fácil porque Canadá no está dispuesta a que le impongan plazos fatales

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