De compras
••• De la Barrera Avilés, quien imparte en el PUAL el curso “Decisiones inteligentes en la compra de alimentos”, sugiere, en el caso de los productos que requieren refrigeración (lácteos, carnes frías...), adquirirlos al final de la visita al súper o al mercado, y mantenerlos juntos, en una bolsa térmica, para no romper la cadena de frío.
“Esto se aplica a la mayoría de los alimentos de origen animal porque, cuando se rompe la cadena de frío y sube la temperatura, se inician procesos metabólicos y de descomposición de dichos alimentos.”
Otras sugerencias de la académica universitaria son: ir de compras en el momento más frío del día, sobre todo si se efectúan en mercados, donde la cadena de frío no se mantiene adecuadamente; seleccionar productos vegetales que estén íntegros, sin evidencia de plagas, cambios de coloración y objetos cercanos que puedan lastimarlos; y tratar de no golpear las frutas y verduras, porque puede romperse la cáscara y esto propiciar el inicio de procesos de degradación o pudrición.