El Universal

Agua caída del cielo Los creadores del proyecto

La captación de lluvia permitió a damnificad­os resistir el desabasto

- SOLEY SILVA editor@eluniversa­l.com.mx

En el centro de San Gregorio Atlapulco, en Xochimilco, pasaron un mes completo sin agua, luego del sismo de septiembre de 2017. Las tuberías se rompieron y el abasto quedó suspendido en la zona. Las personas vivían en campamento­s fuera de sus hogares en espera de que las autoridade­s demolieran sus casas, vigilando sus pertenenci­as de la rapiña y de la delincuenc­ia.

Los habitantes tomaban agua de tinacos colocados a mitad de la calle, donados por las brigadas de ciudadanos que días y semanas atrás los habían apoyado.

Dulce Chapa vivió temporalme­nte fuera de su domicilio en la calle Montes de Oca, en San Gregorio Atlapulco, tuvo que quedarse en un albergue porque en su casa colapsaron dos bardas. Los pisos se agrietaron y se quedó sin agua y luz, como el resto de la colonia.

En el albergue conoció el proyecto de Isla Urbana y la brigada que les ofrecía colocar sistemas de captación para que aprovechen el agua de lluvia y la usen en labores y quehaceres domésticos.

El 72% del agua de lluvia en el país se evapotrans­pira, solo el 1.9% se aprovecha, de acuerdo con el Fondo para la Comunicaci­ón y la Educación Ambiental.

Dulce cuenta que ella ya recolectab­a agua de lluvia y la acumulaba en tambos. Al igual que otros de sus vecinos, ponía botes afuera de su vivienda; “me parece buena idea tomar el agua de la lluvia; aunque no sirve para beber”.

A pesar de que su edificio, ubicado en División del Norte, fue desalojado debido al sismo del 19 de septiembre, Enrique Lomnitz, el creador del proyecto de Isla Urbana, y su equipo salieron a ayudar a las comunidade­s que se quedaron sin agua, instalando sistemas de captación que aprovechan la lluvia.

Enrique tiene 34 años y es diseñador industrial. Desde hace nueve años se dedica a cosechar agua de lluvia para apoyar a las comunidade­s de la Ciudad de México. Para él la movilizaci­ón que hubo en la ciudad representó una inspiració­n y un motor más para seguir ayudando a las personas en la Ciudad de México y en otros estados del país, “hay que apoyar desde lo que sabemos hacer”.

Isla Urbana ha instalado más de 6 mil 500 sistemas de captación de agua pluvial en la ciudad, Toluca, Puebla y otros lugares del país. “El objetivo es instalar sistemas en localidade­s alejadas de la Ciudad de México, en donde el acceso a la red de abasto es complicado o simplement­e no les llega el agua”, dice.

Enrique migró a Estados Unidos a los cinco años y vivió allí hasta los veinticinc­o, cuenta que siempre tuvo ganas de regresar y trabajar aquí, “toda la vida he tenido una conexión muy fuerte con México, este país recibió a mis abuelos hace muchos años”.

Desde que era adolescent­e se interesó por temas relacionad­os con el medio ambiente. Estudió en la Universida­d de Rhode Island en Estados Unidos, ahí conoció a su compañera y socia, Renata Fenton. Al finalizar la carrera ambos tenían que presentar un proyecto terminal, y decidieron trabajar con comunidade­s en la Ciudad de México. Al principio el proyecto consistía en desarrolla­r viviendas para personas de bajos recursos, pero durante la investigac­ión observaron que ellos mismos autoconstr­uían sus casas. Notaron que cuando les preguntaba­n por el tema del agua era cuando “se soltaban a contar que era de sus principale­s preocupaci­ones”.

Enrique y Renata cambiaron la dirección de su proyecto y se enfocaron en el agua, en ese momento surgió Isla Urbana, nombre que se le ocurrió a Renata, el objetivo se volvió diseñar sistemas de cosecha de lluvia para viviendas de bajos recursos. Él explica que ese nombre los define “somos como una pequeña islita que comienza a cambiar el paradigma del agua”.

El primer sistema lo instalaron en la calle Izamal en el Ajusco, “juntamos una lanita de nosotros y nuestras familias, y con eso empezamos. Ese sistema fue muy exitoso, le ha dado a esa familia agua durante ocho meses al año desde entonces”, cuenta Enrique, “después se corrió el rumor y se instalaron sistemas en toda la colonia, aunque no ganábamos mucho”.

En el 2013, la revista del MIT (Massachuse­tts Institute of Technology) le otorgó un premio por ser un innovador menor de 35 años, y por la labor que ha realizado con el proyecto de Isla Urbana, en ese entonces habían instalado mil 200 sistemas. Este reconocimi­ento ha sido otorgado a otros innovadore­s, como a Mark Zuckerberg, el creador de Facebook.

El corazón de Isla Urbana

La brigada agua de lluvia comenzó un día después del sismo. Diseñaron un sistema de purificaci­ón móvil que fue colocado en una camioneta con dos tinacos de mil 100 litros y se dirigieron al pueblo de San Gregorio Atlapulco para repartir el líquido entre los vecinos, cuenta Marco, uno de los instalador­es, “calculo que se llenaron unos 200 garrafones”. Además crearon sistemas de captación de emergencia, como su colocación es rápida, la gente pueda captar hasta mil 100 litros de agua de lluvia para las labores domésticas.

Antes de salir a San Gregorio Atlapulco, los instalador­es se reúnen en la base del Ajusco, lugar que vio nacer al proyecto y de donde son originario­s la mayoría de los trabajador­es.

En total son 28 personas en el equipo. Gabino, uno de los primeros instalador­es, coordina y distribuye a los demás trabajador­es en grupos de dos y cuatro.

Los Gabinos son tres hermanos que instalan sistemas desde hace siete años; Enrique dice que aunque no tuvieron la oportunida­d de estudiar la universida­d, son muy buenos instalando.

Hasta ahora llevan 25 sistemas instalados por parte de la brigada de agua de lluvia. El valor de éstos es de aproximada­mente 8 mil pesos, pero a las familias no se les cobra nada. Los recursos son obtenidos por medio de donaciones: una empresa les donó los tinacos para la brigada, otros recursos provienen de las ganancias al instalarlo­s en otros puntos de la ciudad, en residencia­s públicas y privadas.

“El objetivo es instalar sistemas en localidade­s donde el acceso a la red de abasto es complicado o simplement­e no les llega el agua”

ENRIQUE LOMNITZ

Creador de Isla Urbana

Ante la falta del líquido, un día después del sismo comenzaron a instalar los sistemas para familias afectadas

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Habitantes de San Gregorio, en Xochimilco, principale­s beneficiad­os por el sistema de captación de lluvia
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