Declaraciones de amor en los años 20
A la flirt y al estilo Edad Media eran algunas formas de confesar amor
Una mirada, una carta, una flor o un paseo eran los ideales para entablar un noviazgo, así lo dictaba la tradición del cortejo, al menos en los años 20, cuando la conquista y las declaraciones de amor era, en general, iniciativa de hombres.
En la segunda década del siglo XX se preguntó a varias jóvenes: ¿ A usted cómo prefiere que se le declaren los hombres? Gregorio Ortega, reportero de EL UNIVERSAL ILUSTRADO, se aventuró a conocer la opinión de jóvenes mujeres de una escuela un 5 de octubre de 1922.
Las señoritas encuestadas mostraron renuencia, dudaban, pero al final, respondían, algunas con timidez, otras con más detalles.
Los bailes eran el ideal romántico para una declaración, bailar con un hombre “apuesto y alto”.
-“Elenita: A mí no me gusta escribir cartas, que me las escriban, sí. Y yo contesto con un sí o un no, pero de palabra”, se lee en dicho texto.
Otras decían que las cartas y las llamadas telefónicas era lo que más les gustaba, aunque la mejor opción siempre sería dar el sí o el no de frente. Algunos tipos de declaración eran: el “flirt” cuando la mujer tenía la iniciativa y dominaba, “a la marinera” que el texto no explica en qué consistía, y al estilo “Edad Media”, cuando la declaración era en un baile evocando a los caballeros del medioevo.
La novedad y la mayor sorpresa surgió en una llamada telefónica con la señorita Margot, joven que vivía en “Tacuba un pueblo lleno de silencio, de ideas románticas...”, se describe.
Adelantada para la época, la respuesta de la señorita Margot encarna la liberación femenina y retrata un cambio radical en las ideas imperantes del momento.
-"Usted es muy anticuado, señor. Cree que todavía los hombres se les declaran a las mujeres y esto no es cierto. Ha pasado de moda. No me gusta que se me declaren los hombres, porque yo soy quien les hago el amor y me les declaro".
Con la intención de repetir en nuestros días este ejercicio de los años 20, también en Tacuba, preguntamos a algunas transeúntes: ¿Cómo prefieres que se te declaren los hombres? Tanto en 1922 como en 2018, la pregunta desata risas, desconcierto, pena, molestia y otras de plano no contestaron.
“Con un cartel”, respondía una joven. “En persona, nada de mensajes”, dijo otra; “alguna vez se me declararon en un parque y fue directo”, señalaba una, “me hubiera gustado que fuera más romántico, con unas flores, alguna cena” o “A mi último novio le daba pena pedírmelo porque fui la primera, a el se le declaraban”, “Ash me da igual, eso no me importa, sólo que lo digan y ya”, dijo alguna.
A 96 años de esta encuesta, en 2018 para varias mujeres ya no es necesario que el hombre se declare, lo consideran irrelevante; otras lo siguen prefiriendo con cartas, de forma directa y con variados detalles. Hoy tampoco importa quién tenga la iniciativa.