Fujimori pide a gobierno peruano: “No me maten”
Lima.— El gobierno de Perú activó ayer las medidas policiales para detener y enviar a prisión al ex presidente Alberto Fujimori (1990-2000), quien pidió desde una clínica de Lima que “no lo maten” poniéndolo en prisión, después de que un juez anuló el miércoles el indulto que se le concedió en diciembre pasado.
Un Fujimori demacrado y con la voz entrecortada publicó un video en su cuenta oficial en Twitter para señalar que si regresa a prisión su corazón “no lo va a soportar”.
“Quiero pedirle al presidente de la República y a los miembros del Poder Judicial una sola cosa: por favor, no me maten, si regreso a prisión mi corazón no lo va a soportar, está demasiado débil para volver a pasar por lo mismo”, declaró Fujimori, de 80 años.
El ex mandatario, cuyo indulto fue anulado por el juez Hugo Núñez, del Juzgado de Investigación Preparatoria de la Corte Suprema de Justicia, agregó: “No me condenen a muerte, ya no doy más”.
También pidió a las autoridades y políticos que no lo utilicen “como arma política porque ya no tengo fuerza para resistirlo”.
En el video, Fujimori, se observa acostado en una cama de la clínica en la que fue internado el miércoles, luego de que se dio a conocer la anulación del juez.
Agentes de la Policía Judicial se apostaron en la puerta de su habitación, mientras que un grupo de elementos antidisturbios vigilaban el exterior de local.
El ministro del Interior, Mauro Medina, declaró que la policía está a la espera de que se otorgue el alta médica a Fujimori para cumplir la orden de captura.
Medina explicó que la policía acudió el miércoles a la residencia Fujimori, en el acomodado barrio de La Molina, pero como el ex mandatario dijo que estaba mal de salud, fue llevado al hospital.
“La policía está cumpliendo el mandamiento escrito del juzgado, como corresponde a cualquier sociedad del mundo que funge [actúa] de acuerdo a ley”, indicó el ministro .
Fujimori fue condenado en 2009 a 25 años de prisión como autor mediato de las matanzas de Barrios Altos (1991) y La Cantuta (1992), donde murieron 25 personas, y los secuestros de un empresario y un periodista.