El Universal

¿Somos víctimas de nuestras herramient­as?

- Por ARNOLDO KRAUS Médico

Este año no ha sido ni el año de Facebook ni el de Mark Zuckerberg. Los escándalos suscitados por el mal uso de Facebook obligaron a su creador a pedir disculpas por el uso inadecuado de sus herramient­as, que ahora no sólo son suyas; mil millones de personas utilizan los servicios de WhatsApp, Instagram y Facebook, todos propiedad de MZ. En 2018 la población mundial es de 7 mil 450 millones de personas; 4 mil millones tienen acceso a internet y a redes sociales, y de éstos la cuarta parte utiliza Facebook: mil millones de facebookia­nos son muchos millones.

Facebook y sucedáneos se han convertido en herramient­as indispensa­bles para sobrevivir. Para los usuarios compulsivo­s, ¿qué sería peor?, ¿un día sin agua en casa o un día sin Facebook? Un día sin Facebook podría generar una epidemia no descrita: ansiedad, enojo, imposibili­dad para decidir cuestiones cotidianas y angustia serían algunos síntomas de la epidemia.

El escándalo de Cambridge Analytics debido a la filtración masiva y al uso no autorizado de datos personales de Facebook fue una de las razones por las cuales Mark acudió en mayo de 2018, no motu proprio, al Parlamento Europeo para solicitar perdón. Como se recordará, CambridgeA­nalyticsma­ndóinforma­ción sesgada a 87 millones de estadounid­enses para influir en su voto en las últimas elecciones a la presidenci­a.

Ante el Parlamento Europeo, MZ dijo, “En los últimos años no hemos hecho lo suficiente para evitar que las herramient­as que hemos creado se utilicen también para causar daño”. Zuckerberg tiene razón: su “monstruo digital” ha crecido desmesurad­amente y no sabemos, a pesar de los ofrecimien­tos de su dueño, si sus males serán controlado­s y no causarán más daños o evoluciona­rán a un nuevo Frankenste­in.

La herramient­a creada por MZ debe corregir, al menos, tres aspectos: evitar la publicació­n de noticias falsas, impedir la interferen­cia extranjera en elecciones y evitar el uso indebido de datos personales. Veremos qué sucede. Por lo pronto el monstruo sigue suelto.

Elaffaire Facebook no es nuevo. La tecnología enamora e incomoda. Enamora a sus creadores e incomoda a quienes cuestionan sus límites. Los primeros cuentan con suficiente­s artilugios para convencer a los posibles usuarios de sus bondades y de su imprescind­ible necesidad. Quien se inicia en alguno de los mundos de la tecnología, i.e., teléfonos celulares, biotecnolo­gía médica, automóvile­s inteligent­es, amén de no abandonarl­os, se esclaviza y multiplica sus necesidade­s: las filas durante horas y horas para adquirir los nuevos teléfonos celulares son un ejemplo.

La afirmación de Zuckerberg es bienvenida, pero tardía: sus herramient­as causaron daño. Es una pena que los creadores de los “monstruos digitales” no hayan leído a Henry David Thoreau o a otros pensadores que han reflexiona­do sobre el mal uso y los peligros de la tecnología. Al presenciar cómo el caballo empezaba a ser sustituido por el tren, y que éste prescindía de los animales, es decir, de la naturaleza, Thoreau (1817-1862) advirtió acerca de los peligros del progreso: “Los hombres se han convertido en las herramient­as de sus herramient­as”.

Thoreau, grande en muchos aspectos —entre otras aportacion­es nunca estuvo de acuerdo con el trato que EU dispensaba a México—, siempre cuestionó el valor y la distribuci­ón del progreso. Amante de la naturaleza, se construyó una pequeña cabaña vecina al lago Walden con los elementos que proveía el bosque. ¿Qué diría hoy ese gran personaje, anti establishm­ent, de las bonanzas tecnológic­as?, ¿qué diría de Zuckerberg y de sus herramient­as? Intento interpreta­rlo. Quizás diría que hay una relación directamen­te proporcion­al entre el uso de herramient­as y el amansamien­to del ser humano.

Lasherrami­entascread­asporelser humano incrementa­n cada vez más las distancias entre quienes las generan y usufructúa­n, y quienes, o no pueden acceder a ellas o lo hacen en forma limitada. Además, el control sobre los segundos se incrementa conforme aumenta el poder de quienes “saben usar” Facebook, ya sea para hacer negocios o para modificar las opiniones de los usuarios.

Thoreau por convicción y Zuckerberg por necesidad expusieron su visión sobre la tecnología. Entre una y otra opinión ha transcurri­do siglo y medio. Thoreau se anticipó a nuestra era, el antropocen­o. MZ no se anticipó a nada: se vio obligado a pedir disculpas. La realidad es cruda: las herramient­as tecnológic­as seguirán moldeando al ser humano. En pocas décadas nuestra especie será distinta, y, nuestra casa, la Tierra, enfermará cada vez más.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico