Histórica oxidación lujosa
Ferdinand Berthoud eleva el “touch and feel” del vintage al límite extremo.
Y 217 años después… se encontró en el fondo del mar un sextante oxidado pero intacto. Uno de los instrumentos científicos de vanguardia para la navegación clásica junto a los cronómetros marinos. Esta es la inspiración para la asombrosa pátina de las cinco piezas exclusivas Chronomètre FB 1R Edition 1785. El óxido convertido en material de lujo excepcional.
Jean-Francois de Galau p, conde de Lapérouse, pudo haber sido el perfecto anfitrión del canal streaming de National Geographic en el siglo XVIII. Una soberana expedición de naturalistas, matemáticos, astrónomos y hasta sacerdotes en la mayor exploración naval conocida en Francia. Dar la vuelta al mundo a bordo de las fragatas L´Astrolabe y La Boussole. Una aventura impulsada por Luis XVI en 1785 que acabó en naufragio en 1788.
La nueva pieza de Berthoud en caja octogonal de bronce de 44 mm emerge como un antiguo cofre de tesoros. Son cinco piezas únicas con diferente pátina gracias a divergentes grados en el proceso de oxidación. Distinta pócima mágica que re quirieron decenas de ensayos para lograr el toque perfecto tras su tratamiento manual de granallado y patinado.
El guardatiempo es un doble homenaje. Tributo al Cronómetro Marino Nº7 de Berthoud, la pieza paradigma que dio lugar a la recuperación de la firma por parte de la familia Scheufele. Y, en segundo lugar, una oda al héroe Lapérouse por su hazaña en 1785. La reivindicación de la identidad de un guardatiempo único: “Chronomètre Val-de-Travers Suisse” con el calibre FB-T.FC.R-2 de transmisión huso-cadena. Como cronómetro de total precisión, cuenta con la certificación del Control Oficial Suizo de Cronometría (COSC).
No olvidemos que es un calibre con cuatro patentes –tourbillon de segundos directo, huso suspendido con sistema diferencial de carga, barrilete suspendido con parada de Cruz de Malta y reserva de marcha con el cono móvil-. Y con detalles sobresalientes en los acabados. Los puentes del calibre están fabricados en alpaca no tratada. Una aleación de cobre, zinc y níquel con brillo excepcional tras el pulido. Requiere un tacto magistral puesto que cualquier imperfección es irreparable y queda marcada. Vieja historia que reluce más que el oro.