Guillermo Sheridan
Un pretuit para Octavio Paz
A50 años del 2 de octubre de 68, el Center for Research Libraries (CRL) puso en línea el material digitalizado de los “Archivos del Autoritarismo Mexicano” (MIDAS, por sus iniciales en inglés) que contienen papeles históricos del CISEN y otras dependencias de seguridad del Estado.
La CRL es un consorcio de bibliotecas universitarias e independientes fundada en 1949 y basada en Chicago, empeñada en compartir material de investigación para beneficio de la investigación académica. Es una tarea formidable que debe mucho también a la Universidad Northwestern, a El Colegio de México (y en especial al investigador Sergio Aguayo) y a la ONG inglesa “Article 19”.
He estado leyendo uno de los expedientes que aparecen ahí, el dedicado al poeta Octavio Paz, aclaración que debe hacerse toda vez que el líder de la Cámara de Comercio de la risueña población llamada Santiago Ixcuintla también se llamaba Octavio Paz y también fue sujeto del interés de la Dirección Federal de Seguridad.
Más allá de ese detalle, el expediente de Paz puede leerse en esta dirección https://dds.crl.edu/crldelivery/31506 .
Es interesante y variado ese centenar de páginas: desde la creación de la revista Plural hasta los afanes de 1971 cuando, con Heberto Castillo y Carlos Fuentes, sondeaban la posibilidad de crear un partido político que se opusiese al PRI, pasando por los registros de una particularmente ardua misión que recibían los agentes, la que consistía en acudir a las conferencias sobre poesía moderna que dictaba Paz en El Colegio Nacional, en las que mencionaba elementos tan sospechosos y subversivos como un tal Juan Ramón Jiménez.
No tan divertido es un documento de abril de 1980. Se trata de un “INFORME” que da cuenta de un “anónimo enviado al Sr. OCTAVIO PAZ” a la dirección de la compañía Televisa, S.A. donde Paz había comenzado, en enero del mismo año, a colaborar con un comentario semanal de cinco minutos en el noticiario a cargo de Jacobo Zabludovsky (y que puso el modelo para que después siguiesen sus pasos, entre otros, Carlos Monsiváis y Elena Poniatowska).
Bueno, la cosa es que en alguna de las “cápsulas” del mes de abril Paz manifestó alguna crítica al régimen castrista. Unos días más tarde llegó de Cuernavaca el anónimo en el que, con aliñada caligrafía pálmer, el Sr. Anónimo le avisa a Paz que “tuvimos el disgusto de oir (sic) sus comentarios respecto a nuestra Hna República de CUBA… es usted un falsante (sic) y vendido pues si no hubiera sido por Fidel Castro Cuba sería actualmente otro estado de U.S.A.”
Al final del mensaje, el Sr. Anónimo ordena a Paz a que “Rectifique su actitud y no diga tonterías . IDIOTA.” Y bueno, hasta ahí habría que suponer que no había nada grave y que posiblemente llegarían decenas de mensajes en ese o semejante tenor. Pero el problema surgió por la despedida: “La Liga 23 de Septiembre pasará a ajustarle cuentas pronto”. Y para agregarle elocuencia a su prosa, el Sr. Anónimo firmó con una elocuente calavera con todo y su pareja de fémures.
Como esa “Liga Comunista 23 de Septiembre” tenía en su haber varios “ajusticiamientos” —incluyendo el de Hugo Margáin Charles, colaborador de la revista Vuelta, en 1978— hubo que investigar la amenaza. El “Departamento de Investigaciones” concluyó que no era la Liga, porque su redacción no correspondía a su estilo, porque la Liga no avisaba que iba a atacar y porque nunca había firmado con una calavera.
Interrogado por los agentes, Paz acepta que de las únicas personas que recibe “cartas insultantes” es de su exesposa Elena Garro y de su hija pero que, desde luego, no son ellas las autoras del anónimo, ni tampoco sus parientes Garro de Cuernavaca, pues le parecería ilógico que luego de 20 años de divorcio continuasen amenazándolo.
Como todo mundo, agrega Paz en su declaración, sabe que puede tener enemigos “de orden ideológico o profesional”, pero que ignora quién podría ser el autor de algo “tan burdo”. Como Cyrano de Bergerac, Paz parece así mas ofendido por la simplonería que intimidado por la amenaza.
De haber vivido en los tiempos que corren, ¿cuántos conjeturables tuits de talante parecido recibiría diariamente?