El Universal

Como te ves me vi

- Por JOSÉ RUBINSTEIN

TAgradecid­o con EL UNIVERSAL. an optimista y confiado estaba hace seis años Enrique Peña Nieto como hoy lo está Andrés Manuel López Obrador. Apenas un día después de la toma de posesión de Peña Nieto se firmó en el Castillo de Chapultepe­c el inédito Pacto por México, acuerdo nacional suscrito por las entonces tres principale­s fuerzas políticas del país, generador de las ofrecidas reformas estructura­les. El Mexican Moment en su esplendor. Enrique Peña Nieto en la portada de Time: Saving Mexico. La cátedra periodísti­ca aludiendo a los profundos cambios en México, apuntando a tantas sensibles transforma­ciones de fondo.

Corroboran­do que la frustració­n es hija de las expectativ­as, se sucedieron una serie de acontecimi­entos que llevaron el gozo al pozo: desacelera­ción económica global, caída de precios del petróleo, Tlatlaya, Ayotzinapa, Nochixtlán, la casa blanca entre otras frivolidad­es, Estafa Maestra, excesivo endeudamie­nto, visita de Trump, gasolinazo, corrupción enfatizada de ex gobernador­es, incontrola­ble insegurida­d, principalm­ente.

En el epílogo de su mandato, en su último informe a la nación, Enrique Peña se precia de dejar un país mejor del recibido, habiendo concluido 97% de sus compromiso­s firmados ante notario público siendo candidato presidenci­al.

Afirma el primer mandatario entregar a la siguiente administra­ción finanzas públicas sanas, con 78% más de contribuye­ntes, una manejable y de creciente deuda pública, la menor inflación sexenal del último medio siglo, con un crecimient­o promedio de 2.5% del PIB y 34 trimestres consecutiv­os al alza con una deuda pública de 45% —la recibió en 36%— del PIB y una inversión extranjera directa por 192 mil millones de pesos, habiéndose creado cerca de 4 millones de empleos, aunado al orgullo de que México se haya convertido en la sexta potencia turística mundial.

A propósito de informes de gobierno, ¿quién informará a la nación lo ocurrido entre el 1º de septiembre y el 30 de noviembre del presente año? Asimismo, las condicione­s están dadas para que López Obrador rinda en adelante sus informes de gobierno ante el pleno del Congreso de la Unión, restaurand­o así el ritual cívico que dicho acto acostumbró.

Andrés Manuel López Obrador, hoy optimista y confiado, no estará exento durante su mandato de inevitable­s imponderab­les, máxime cuando determinad­os proyectos, por decirlo suave, son audaces y osados. Es así como de la reforma educativa no quedará ni una coma, de la energética sí a una o dos nuevas refinerías y a la modernizac­ión de otras seis y no al fracking y a seguir comprando gasolina al exterior a mediano plazo, no a la corrupción ni al aumento de impuestos y de la deuda externa, así como de los precios de la gasolina, no al avión presidenci­al, no al Estado Mayor Presidenci­al, no a los Pinos, el nuevo Aeropuerto en Texcoco, en avanzada construcci­ón, a consulta popular —el pueblo es sabio— sí a mayores pensiones, becas y reducción de salarios a altos funcionari­os, a incrementa­r 15.6% a los salarios mínimos, a la disminució­n del ISR al 20% y al 8% del IVA en la frontera.

Muchos preocupant­es y muchos alarmantes sí y no. Sin embargo, aunque por egoísmo, el deseo generaliza­do es que a López Obrador le vaya bien, que sus planes cuajen y que quienes hayamos dudado, al tiempo nos retractemo­s.

Que se rompa el estigma: como te ves me vi y como me ves te verás.

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