¿Y el rol del hombre?
En cuanto a la actitud que toma el hombre ante una mujer empoderada, la experta advierte que él también tiene que prepararse para estar a la altura de los cambios en la sociedad. De lo contrario, habrá un choque, una lucha de fuerza y poder.
“Para quienes fueron educados percibiendo a la mujer obediente, sumisa, dedicada al cuidado de los hijos, del marido, de la casa y entienden que está hecha para servir, será complicado relacionarse.
“Los hombres deben ampliar su mente y abrirse para ver a la mujer desde nuevas posibilidades de ser. Es un proceso que implica tiempo, pero es muy enriquecedor poder mirar a la mujer que defiende su opinión, sus intereses, que pone límites y genera cambios desde el ámbito o tema que desee. Si no hay una preparación y cambio de mentalidad, los hombres estarán en conflicto”, recalca la experta.
El enojo, la huida y la competencia son algunas conductas que lo delatan cuando no asimilan la seguridad de su colega. En cambio, cuando el hombre asume que la mujer es más de lo que siempre se ha creído, se apoyarán y serán un gran equipo.
“Ver a una mujer más activa, productiva, decidida, feliz, con independencia económica y/o de opinión es un reto, desde cómo acercársele hasta cómo ser partícipe en su vida. Si no hay claridad de lo que es la mujer, el hombre seguirá tratándola igual y, entonces, vienen los choques de ideología o las agresiones. Existirán sabotajes y habrá una gran resistencia”, anticipa Vega, especialista en Desarrollo Organizacional y Recursos Humanos.
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