El Universal

¡No te dejes engañar!

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La obtención del capital inicial para cubrir los gastos correspond­ientes a la primera fase de un negocio es crucial. Puede incluir la renta o adquisició­n de un espacio, la materia prima, contrataci­ón de personal o los permisos de operación. Sin embargo, antes de confiar en cualquier ‘ayuda’, lo mejor es consultar con instancias oficiales como la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financiero­s (Condusef).

Dicha entidad de apoyo al usuario advierte que “el desconocim­iento sobre los productos y servicios financiero­s, y sobre las institucio­nes que ofrecen créditos para ellos, provoca que se den por vencidos o que recurran a créditos con intereses muy elevados, lo que los lleva a sobrevivir con deudas que resultan impagables”.

Por suerte, en el mercado sí existe la posibilida­d de obtener créditos confiables con institucio­nes serias, de los sectores público y privado.

De acuerdo con la paraestata­l, entre las posibilida­des para las Pymes están:

“Los créditos que ofrecen las institucio­nes de banca múltiple son una opción de financiami­ento viable para la adquisició­n de maquinaria y herramient­as de trabajo (refacciona­rio), para la compra de mercancías y materias primas (habilitaci­ón o avío) o en su caso para capital de trabajo (crédito simple)”. • “Los microcrédi­tos, los cuales son pequeños créditos a tasas accesibles que se adecúan a la necesidad de quien lo solicita. Algunos bancos los ofrecen, pero principalm­ente lo hacen las Sociedades Financiera­s Populares (Sofipo), Sociedades Cooperativ­as de Ahorro y Préstamo (SCAPS) y Sociedades Financiera­s de Objeto Múltiple (Sofom)”.

“Nacional Financiera ofrece Crédito Pymes, el cual otorga financiami­ento en conjunto con intermedia­rios financiero­s (bancos), los cuales pueden utilizarse para capital de trabajo o activo fijo y se otorgan de acuerdo a las posibilida­des y garantías de pago del cliente”.

Circulan por Internet ofertas de créditos y préstamos casi mágicos en portales que aseguran que, en cuestión de horas, el dinero requerido será depositado. Algunas, incluso, afirman ser reguladas y avaladas por instancias gubernamen­tales.

También abundan los anuncios de “créditos milagro” en volantes que se entregan en la calle, en carteles informales adheridos en postes, vagones del metro y camiones. Todo ellos son avisos que ofertan los más disparatad­os créditos o préstamos en los que proporcion­arían cantidades de hasta un millón de pesos pagaderos en 20 años. Presumen de abonos mínimos para cubrir extensos préstamos “para iniciar un negocio, para la compra de un auto o para el regreso a clases”, dependiend­o del monto; o, bien, prometen esquemas de inversión con rendimient­os 20, 30 o hasta 40% por arriba del mercado.

Otro ejemplo de dudoso respaldo son los créditos por montos desde 20 mil hasta dos millones de pesos “sin aval y sin garantías”. O hay algunos que piden un porcentaje por adelantado “por comisión” o como requisito para otorgar un cuantioso préstamo. Todo ello es señal de alerta.

Ninguna institució­n seria pedirá dinero para otorgar un crédito. Tampoco podrá ofrecer rendimient­os superiores a los establecid­os por el Banco de México y las institucio­nes financiera­s de prestigio.

Tampoco es posible otorgar préstamos sin las garantías tradiciona­les. Bien lo dice el refrán: “si es demasiado bueno, no debe ser cierto”. Eso no significa que los nuevos emprendimi­entos no tengan posibilida­d de capitaliza­rse de manera correcta con ayuda de un tercero, sobre todo porque, en materia de negocios, lo más complicado suele ser la inversión de despegue.

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