La historia del castillo
Ados horas de la Ciudad de México, existe un castillo que recuerda a la campiña inglesa. Está protegido por un lago artificial y rodeado por un tupido bosque. Y no se trata de una atracción turística hecha para impresionar, sino es parte de una propiedad que data del siglo XVIII. Conocido como Castillo de Gillow, es la característica que vuelve única a la Ex-Hacienda de Chautla, en Puebla. Se encuentra en las afueras del pueblo de San Lucas El Grande, a una hora en auto desde la capital del estado.
La hacienda comenzó a operar en 1777. Fue un marquesado otorgado por el virrey Carlos III a Manuel Rodríguez de Pinillos; la propiedad era llamada “Selva Nevada” y “Sierra Nevada”. Se trataba de un territorio muy grande, que llegaba hasta los límites con Tlaxcala y Texcoco.
En ese entonces, la arquitectura de la hacienda era bastante tradicional: tenía todo lo necesario para producir trigo, frijol y jocote. El casco antiguo todavía se conserva.
La nieta de Manuel Rodríguez de Pinillos, Soledad, se casó con Thomas Gillow, originario de Liverpool, Inglaterra. Su hijo, Eulogio Gillow, fue quien mandó construir el famoso castillo a finales del siglo XIX. Y, gracias al trabajo de Eulogio, la hacienda tuvo su época de gloria.
El castillo tiene tres pisos y cuatro pequeñas torres, una en cada esquina. Es conocido por su color rojo, pues se construyó en ladrillo. Nunca fue habitado por Eulogio Gillow. Hay registros que indican que la planta baja funcionó como biblioteca y el tercer piso albergó un salón de armas. Su fachada permanece prácticamente igual que “en sus buenos tiempos”.
Entrada al parque: 40 pesos por adulto. Si te hospedas en el Hotel Misión, el costo es de 20 pesos. Paquete de pesca de trucha: 120 pesos. Tirolesa: 80 pesos por una sola línea. Renta de lancha con espacio para dos personas (duración de una hora): 100 pesos.
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Puebla Ex-Hacienda de Chautla
Por la mañana y en las tardes, la temperatura puede bajar mucho. Lleva chamarras abrigadoras y no olvides el repelente para insectos.
taciones para alojamiento, una de ellas enfocada en parejas que celebran su boda.
En el techo del castillo hay un mirador, el cual te ofrece una panorámica del bosque a 16 metros de altura. Si quieres tomar fotos, debes subir 83 escalones hasta la cima.
Cada hora se lleva a cabo un recorrido guiado desde el castillo hasta una zona de manantiales. Es posible distinguir cómo brota agua del suelo, la cual proviene de los deshielos del Popocatépetl y el Iztaccíhuatl.
Para dormir en la Ex-Hacienda de Chautla, tienes dos opciones. La primera es pasar la noche en una zona de camping al interior del parque; sin embargo, solo se renta para grupos de amigos o una familia de 30 personas.
La otra opción es dormir en el casco antiguo de la propiedad. Con la supervisión del INAH, aquí se acondicionó el hotel Misión Grand Ex-Hacienda de Chautla. Los muros mantienen su color blanco original, y las habitaciones tienen detalles en ladrillo. El alojamiento cuenta con alberca. Si vas a planear una fiesta o evento, los jardines frente al castillo de Gillow son una opción. También se utilizan para realizar sesiones de fotos de bodas o XV años, aunque no organices la fiesta ahí.