Pasea en la antigua hacienda
El Castillo de Gillow, en conjunto con los campos que lo rodean, se convirtió en un parque natural abierto al público. Tiene recorridos a pie, paseos en lancha y una pequeña tirolesa de 15 metros de altura, desde la cual se puede apreciar perfectamente la construcción de ladrillo.
También se practica pesca en el lago artificial. El cuerpo de agua está dividido en dos, por un estrecho sendero: un lado se destina a la pesca deportiva y el otro, para el consumo. En los jardines puedes montar un asador y cocinar tu propia trucha. Pero si armar picnics no es lo tuyo, acude al restaurante del parque: se sirve trucha frita y al mojo de ajo.
Para quienes no aguantan la curiosidad de ver el castillo por dentro, la entrada está permitida. En la planta baja hay una galería con fotografías tomadas a principios del siglo pasado. Los pisos superiores se encuentran en plena remodelación, ya que alojarán un salón para eventos. Cuando los trabajos terminen habrá tres habi-