Secuestran las salas y las risas
La comedia de Sergio Sánchez sobre unos justicieros que intentan rescatar a su amiga, tardó cuatro años en llegar a salas
El filme Rebeldes de altura (yo no soy un guerrillero) podría ser una divertida analogía de lo que sucede en el ámbito social en México, cuyo escenario es el espacio reducido de un avión que es secuestrado por unos improvisados justicieros.
“Es una historia como muy teatral, pensamos, ¿qué pasaría si metemos al próximo presidente, a tres chavos fresas que nada tienen que ver con la política, al cura y a todos los elementos de poder en México en un avión? Pues nos divertimos haciéndolo”, explicó Sergio Sánchez Suárez, director y uno de los guionistas de esta película.
El director explicó que la idea para este guión surgió durante una cena, cuando una persona contó que vivió el secuestro de un avión en 1972 (vuelo 705 de Mexicana de Aviación con ruta Monterrey - Ciudad de México), pero mientras contaba la anécdota todo sonaba muy divertido, pese a la seriedad de la situación.
“Claro, la historia real es mucho más siniestra y oscura, porque no acabó bien para sus protagonistas. Indagamos por sucesos similares, porque en los 70 al parecer se puso de moda secuestrar aviones, entonces tomamos anécdotas de varios secuestros y varios personajes y los metimos en una historia”, contó Sergio Sánchez.
Luis Arrieta, Oswaldo Zárate y Javier Rivera son los actores que encarnan a los secuestradores que intentan liberar de esta forma a Beatriz (Carla Nieto), una chica involucada con el comunismo y presa por el gobierno.
“El libreto lo leí de un jalón, me entretuvo mucho, me gustó que era una comedia muy bien construida, no era tonta ni sosa, había un compromiso con los personajes y la historia, además había una crítica social y política, porque ahí tenemos estos pilares de la sociedad, que es el gobierno, la religión y los ciudadanos”, dijo Luis Arrieta.
Para Oswaldo Zárate, el tono de comedia con que se aborda la historia va muy de acuerdo con la idiosincrasia del mexicano, que le gusta reírse mucho de sí mismo y el humor negro se le da de manera natural.
“Me costaba un poco de trabajo comprender cómo es que una situación de ese calibre me haga reír, pero creo que la vida es más sencilla, donde cualquiera puede sacarle algo chistoso a un momento complicado, depende cómo te pongas de frente a los problemas”, comentó Javier Rivera.
Rebeldes de altura tardó cuatro años en estrenarse en México, el viernes llega a 150 salas del país, pero hace dos años fue presentada en Corea del Sur, donde levantó ámpula por el tema del comunismo que viven muy de cerca con su vecino Corea del Norte, lo que llevó a Sergio Sánchez a recibir fuertes críticas por el público más adulto que lo acusaba de realizar una apología de este régimen.
“Con la comedia a veces pisarás callos y al que menos imaginas se va a ofender por cualquier cosa, pero al final tienes que hacerlo de manera honesta y buscando que el tema sea tratado desde el respeto”, señaló el director.
Los tres actores se dijeron satisfechos con el trabajo realizado. Pese a que han pasado cuatro años desde que terminaron de rodar, esta experiencia les dejó un gran aprendizaje al alternar con colegas como Silverio Palacios, que tiene la habilidad de darles la réplica exacta en cada escena.
“Cuando la vi en San Diego, California, le dije a Sergio que la iba a ver los primeros cinco minutos para observar la reacción de la gente, pero me terminé quedando a verla toda, porque pude desconectarme y entregarme a la historia, entonces para mí es una película que logra su cometido, pero la gente tendrá que sacar sus conclusiones”, finalizó Arrieta.