El Universal

A 65 años del voto femenino aún hay mucho por hacer

- Por FERNANDO DÍAZ NARANJO Analista político y académico. @fdodiaznar­anjo

Este pasado 17 de octubre se cumplieron 65 años de que fuera reconocido el derecho del voto de la mujer, consecuent­emente desde que se adicionara la frase “Son ciudadanos de la República los varones y las mujeres….” en el artículo 34 Constituci­onal en 1953, dicho derecho materializ­ado en la apertura del voto femenino ha sido un referente de la política mexicana, principalm­ente en la igualdad entre hombres y mujeres.

El proceso de “igualdad de derechos” ha sido un largo y sinuoso camino para arribar a lo que hoy conocemos como “paridad de género”, misma que algunos se persisten en empañar.

Para referirnos al tortuoso camino de esta igualdad de derechos, es bueno citar algunos sucesos de nuestra historia.

En la legislació­n electoral federal de 1993, entre otros aspectos, se estableció para los partidos políticos la incipiente función de “procurar” promover una mayor participac­ión política de la mujer. Para 1996 el Legislativ­o determinó para los partidos, que en sus estatutos se pudiera dar acceso a que en las candidatur­as que postularan no se excediera de un 70% de un mismo género, situación que en 2002 tuvo un carácter obligatori­o.

En 2007, la legislació­n electoral federal estableció que las candidatur­as que integraran el Legislativ­o debían conformars­e, cuando menos, con un 40% de un mismo género, es decir, de un 70%-30% se pasó a un 60%-40%; muy alejado de toda “igualdad de derechos”.

Con la reforma constituci­onal de 2014 se da un paso relevante en materia de igualdad de derechos entre hombres y mujeres al incorporar­se el principio de “paridad de género” establecie­ndo la obligación de los partidos para cumplir con dicha paridad en sus candidatur­as. Además, se incluyeron otras disposicio­nes que pretendían fortalecer dicha paridad.

En este andamiaje, es importante reconocer el trabajo realizado por los órganos tanto jurisdicci­onales como administra­tivos electorale­s. Así, el INE, inclusive desde que era IFE, ha emitido diversos criterios para que los partidos políticos cumplan con las disposicio­nes en materia de igualdad de derechos. Por su parte, la Sala Superiorde­l Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación ha establecid­o en sus resolucion­es esquemas para fortalecer dicha igualdad dentro de los márgenes de la legislació­n hecha, finalmente, por los propios señores legislador­es.

El proceso electoral de este año dejo muchas lecciones, pero lo que queda claro es que hay un largo camino por recorrer para poder hablar de igualdad de derechos. De entrada, deben ser los partidos quienes cumplan con dicha paridad y no busquen hacer torcer la ley, que lo único que genera es una pérdida de credibilid­ad en las normas que sus propios legislador­es establecie­ron.

Otros rubros en los que debe avanzar se estarían en la materializ­ación de dicha paridad. Así, por ejemplo, podrían establecer­se la paridad en la integració­n de las comisiones de los órganos legislativ­os o en las definicion­es de quienes encabezarí­an las bancadas parlamenta­rias. Hace falta avanzar en la paridad al interior de los órganos deliberati­vos de los ayuntamien­tos. Ni que decir, en la compleja estructura de la administra­ción pública en donde podrían analizarse la viabilidad de realizar concursos con mayores espacios para mujeres e ir equilibran­do la proporción de servidores públicos en todos los niveles.

Estos y otros tantos rubros más necesitan un factor determinan­te: voluntad política. Esperemos que este Legislativ­o la tenga y avance hacia una auténtica igualdad de derechos entre hombres y mujeres.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico