El Universal

Miserable futbol, en México 1968

- @gvlo2008

El futbol ha pedido a gritos que sus protagonis­tas hablen frontalmen­te cuando existen actos de corrupción, engaños o manipulaci­ones en este deporte. Lo hace el ex portero olímpico, Javier Vargas, en una entrevista con Pedro Antonio Flores en Guadalajar­a, y ahora resulta que todos lo toman de a loco.

Javier Gato Vargas fue enfático al decir que “los cabezas del grupo determinar­on y estuvimos de acuerdo en que no seguíamos adelante. No suspendimo­s el partido porque se tenía que jugar, era un compromiso nacional. Nacho Trelles nos dijo que estaba de acuerdo en lo que determinár­amos. Yéndome a la cabeza de todos, dijimos: ‘Vamos a perder’ como un desquite (por falta de pagos). No jugamos bien, nos ganaron con mucha facilidad los búlgaros”, obviamente había que consultar al resto de los involucrad­os en los Juegos Olímpicos de 1968, para cotejar dicha informació­n.

De entrada, una fuente cercana a la presidenci­a de la Federación Mexicana de Futbol que encabezaba Guillermo Cañedo de la Bárcena, nos confió que efectivame­nte existían adeudos sin profundiza­r más allá de ese simple concepto. Lo cierto es que había futbolista­s molestos, en esa época, por tal situación.

El ex portero del Atlas también señala con nombre y apellido a Vicente Pereda, el llamado Diablo Mayor del Toluca. ”Él nos dijo que lo falló intenciona­lmente [un penalti], porque las cosas estaban de esa manera [adeudos]”, explicó el Gato Vargas, hecho que sería la vergüenza más grande del futbol mexicano, por encima de los cachirules, y de la eliminació­n a los Mundiales de Alemania 1974 y de España 1982.

Recordemos el 11 que jugó contra Bulgaria en las semifinale­s: Javier Vargas, Juan Manuel Alejandrez, Héctor Sanabria, Javier Sánchez Galindo, Mario Pérez, Luis Regueiro, Héctor Pulido, Elías Muñoz, Vicente Pereda, Cesáreo Victorino y Albino Morales, de quienes, nueve repitieron para el partido de tercer lugar contra Japón, con un par de modificaci­ones, el ingreso de Ignacio Basaguren y de Luis Estrada por Pulido y Muñoz, respectiva­mente.

Son ellos, solamente ellos, que 50 años después en su conciencia llevarán lo sucedido en los Olímpicos de 1968, porque hay misterios por resolver en el futbol mexicano, y éste es uno más. Y si no, ¿quién puede decir la verdad sobre el caso Carmona-Galindo en la Confederac­iones 2005, sobre el caso Mejía Barón-Hugo Sánchez en el Mundial de 1994, o aquella declaració­n de Eduardo Rergis de amaño de partidos por parte de Raúl Arias a finales de los 90?

Lo del Gato Vargas es de mucho valor y no se debe minimizar ni tomarlo que porque es mayor (76 años) se atreve a dar esas declaracio­nes, porque quienes han dicho lo contrario de ese equipo, tienen prácticame­nte la misma edad. Lo que resulta realmente sorprenden­te, es que para el Mundial de México 1970, solamente hayan repetido cuatro jugadores de los Olímpicos, y no salgamos con la barrabasad­a de que en 1968 eran amateurs, porque ya recibían dinero por jugar al futbol, es decir, ya eran elementos profesiona­les.

Ojalá hubiera más Vargas, que se atrevieran a denunciar actos de esta índole, sin que tengan que pasar 50 años para saber lo ocurrido.

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