El Universal

Por árbitros millennial­s en la Liga MX

- @gvlo2008

El VAR a prueba de balas inicia esta noche en el futbol mexicano, un hecho que para nada es tema menor y que revolucion­ará cada partido. Deberá haber independen­cia absoluta para quienes estén en la cabina del VAR observando cada detalle del partido y la recepción de la señal de televisión generada, por lo menos, por 16 cámaras. Eso es, en términos simples, el VAR en México.

Televisa, Azteca, Fox Sports, Chivas TV y Grupo Imagen son los dueños de los derechos de transmisió­n de los 18 equipos de la Primera División; es decir, de sus cámaras saldrán las imágenes que llegarán a la Unidad Móvil de Mediapro, por medio de cables que se conectarán a las pantallas de esa unidad.

No habrá cámaras especiales del VAR, como se había dicho en un principio, ya que la idea era combinar seis cámaras independie­ntes a las de la transmisió­n. Por eso, Yon de Luisa hablaba de un VAR a prueba de balas, porque no podrá un director de cámaras modificarl­a, ya que los videoárbit­ros tendrán limpia la señal sin poder ser manipulada por alguien. Eso es una buena medida, pero harán falta más recursos económicos para no depender en la totalidad de los tenedores de los derechos de transmisió­n y que haya autonomía plena.

Hay varios puntos que empezarán a ser parte del día a día del VAR. El tiempo que pase entre la decisión del videoárbit­ro y el árbitro central, el cual debe ser muy rápido para no entorpecer el ritmo y que se haga un sistema monótono y absurdo, sin perder de vista que está diseñado para ayudar al central, no para que decidan por él. Por eso, ese tiempo es valioso y el gran reto es que todo debe ser muy rápido.

Otro gran desafío del VAR es encontrar apertura en el grupo de árbitros de la Liga MX, quienes deberán dejarse ayudar por quienes estarán en la cabina de mando. La arrogancia y prepotenci­a puede acabar con tan eficaz sistema, si se empeñan a seguir en el protagonis­mo barato de querer tener siempre la razón, así que dejarse ayudar debe ser una constante para todos los silbantes. Claro que encontrars­e con ex árbitros que no fueron destacados y que ahora serán quienes den las órdenes no será fácil para el orgullo de algunos.

Y otro punto básico es el desarrollo de árbitros para este efecto. Si bien, ahora se improvisa con ex centrales, la razón lleva a que en el futuro haya especialis­tas en el tema, colegiados que tengan profundo conocimien­to de las reglas de juego y que —por supuesto— no hayan dirigido en el campo para no estar contaminad­os con pasados polémicos y rencillas. Parcialida­d absoluta y apertura total.

Así que a preparar a árbitros millennial­s, que conozcan a fondo la tecnología, sepan aplicarla y —sobre todo— no tengan relación con futbolista­s y directivos. Eso sí sería un VAR a prueba de balas, porque hoy nadie puede garantizar que algún directivo, en vez de ir a reclamar al vestidor del silbante, suba a la Unidad Móvil de Mediapro a intentar cambiar decisiones, como ha pasado eternament­e en el futbol mexicano.

Muchos retos hay, pero bienvenida la tecnología en el futbol. Claro, mientras se sepa aplicar y tenga autonomía, como bien explicó Yon de Luisa el día de la presentaci­ón en sociedad.

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