Palpación engañosa
Expertos recomiendan realizarse estudios clínicos de mama, pues algunas pacientes no presentan bultos en la palpación de seno
Las labores por parte de institutos, organizaciones y el sector Salud en la detección oportuna y diagnóstico contra el cáncer de mama se han intensificado en los últimos años pero, contrario a lo que se creería, en lugar de disminuir este padecimiento tiene una tendencia a la alza. En 2011 representaba 11% de los fallecimientos por cáncer y, para 2016, 12.4%, reporta el INEGI.
La manera más común de identificarlo es por autoexploración, aunque las protuberancias no necesariamente representan un peligro. Algunas veces pueden tratarse de cambios fibroquísticos que se presentan durante los ciclos menstruales, cuando los senos tienden a volverse más sensibles o granulosos. O, bien, con la edad, el tejido mamario es menos denso.
Por ello, la autoexploración no es una garantía de control. De acuerdo con el National Cancer Research Institute, al palpar el seno es posible que no se detecte ninguna anormalidad, pero estar presente, ya que una de cada seis mujeres diagnosticada con cáncer de mama no muestra protuberancias. Esto retrasa la visita al doctor para realizar chequeos médicos.
“Muchas mujeres diagnosticadas nunca presentan ningún signo ni síntoma, y el cáncer se descubre en un examen de detección como la mamografía”, explica la doctora Lonzetta Neal, de la Clínica para Diagnóstico Mamario de Mayo Clinic.
De acuerdo con la especialista, algunos síntomas menos comunes pero a los que deben prestar atención las mujeres son secreciones anormales en el pezón cuando no se está lactando, dolor en la mama, pérdida de peso no intencional, hendiduras o cambios de la piel como engrosamiento, enrojecimiento, descamación, comezón, sarpullido o hinchazón ya sea en el seno, pezón o aureola.
De ahí que la Secretaría de Salud promueva la mastografía para la detección oportuna y sugiere que, a partir de los 20 años, cada mes se realice una autoexploración mamaria y, desde los 25 años, se sometan a exploraciones clínicas anuales; además de priorizar que, entre los 40 y 69 años, se solicite una mastografía.