Políticas de salud: el reto de priorizar lo prioritario
Priorizar en salud se ha convertido en una tarea ineludible para los gobiernos de muchos países que viven restricciones presupuestarias. México ha hecho grandes avances pero tiene ante sí importantes retos de cuya solución depende una mejor gestión de los recursos y el apoyo de los ciudadanos a sus políticas de salud.
Las mejoras de las condiciones y de la esperanza de vida de los mexicanos se han dado en forma paralela al surgimiento de una clase media que tiene expectativas cada vez más altas sobre lo que debiera cubrir el sistema de salud. Esta nueva realidad, unida a los cambios epidemiológicos, a los avances en la investigación y a la aparición de nuevas tecnologías y costosos tratamientos, está generando importantes presiones en los gobiernos. Al carecer de recursos suficientes, los países, México entre ellos, tienen que “priorizar en salud”, es decir, ordenar de manera explícita y según el grado de importancia los servicios, tecnologías o tratamientos sanitarios que serán financiados con recursos públicos.
Priorizar en salud de manera explícita es un proceso muy complejo que requiere que muchos actores (políticos, médicos y profesionales de la salud, pacientes, industria farmacéutica, etc.), con objetivos e intereses muy diferentes, interactúen y trabajen de una manera articulada. Se trata de maximizar el uso de los recursos públicos destinados a la salud para que beneficien a la mayoría de los ciudadanos, garantizando la equidad en el acceso a los servicios.
El sistema de salud de México, al igual que el de muchos países de América Latina, se caracteriza por estar fuertemente fragmentado. Existen varias instituciones de salud, públicas y privadas, que atienden a distintos grupos de población y que financian y prestan servicios con unas reglas diferentes. Además, los diferentes subsistemas de salud realizan de forma paralela e individual estudios que les permiten tomar decisiones.
Sin embargo, México ha avanzado mucho articulando sus procesos de priorización.
La manera en que México afronta la priorización en salud es de gran relevancia para el resto de los países de Latinoamérica, en especial para aquellos que cuentan con sistemas de salud igualmente fragmentados. Por ello, la hemos incluido en la más reciente de las publicaciones de CRITERIA, la red regional de planes de beneficios y priorización del Banco Interamericano de Desarrollo Banco Interamericano de Desarrollo. Se trata de un análisis comparativo del grado de desarrollo de los sistemas de priorización en salud en México, Brasil y Colombia. Emplea un enfoque sistémico que permite detectar y subsanar problemas con mayor facilidad. Además de explicar paso a paso el proceso, el estudio pretende servir de referencia para otros países que aún no han empezado a diseñar sus sistemas de priorización o están en proceso de mejorarlos.
En los escenarios económicos actuales de restricciones presupuestarias, la priorización en salud se ha convertido en un elemento fundamental de las políticas públicas. La salud de los ciudadanos es interés primordial de cualquier gobierno y para garantizarlo y, no menos importante, para que sus acciones cuenten con el respaldo de la población, los Estados tienen que desarrollar sistemas de priorización coherentes y articulados, a la par que eficientes, equitativos y transparentes. Muchas palabras de gran trascendencia que marcan el camino hacia el objetivo final: lograr el mayor bienestar en salud con los recursos disponibles.