Gobernanza metropolitana, asignatura pendiente
El pasado 1 de octubre la Secretaría General de la Cámara de Diputados publicó un boletín informativo dando a conocer la composición de las diferentes comisiones ordinarias en la que los legisladores trabajarán en esta LXIV Legislatura. Se redujo el numero de 56 a 45 de estas comisiones, por ejemplo, la Comisión de Desarrollo Metropolitano se fusionó con la de Desarrollo Urbano y Ordenamiento Territorial, resultando ahora la Comisión de Desarrollo Metropolitano, Urbano, Ordenamiento Territorial y Movilidad.
Sin ánimo de calificar la eficiencia de las comisiones mencionadas, me deja cierta preocupación en qué tan eficiente podrá ser la recién creada Comisión, la cual velará por los asuntos de las ciudades y zonas metropolitanas del país, así como del total del territorio nacional y, por si fuese poco, la “movilidad”.
El crecimiento acelerado de nuestras ciudades las ha obligado a experimentar el fenómeno de la metropolización, entendido como el proceso de ocupación de los asentamientos humanos en grandes extensiones de áreas urbanas con altas concentraciones demográficas que por lo general han rebasado sus límites jurisdiccionales político-administrativos al vincularse física o funcionalmente con poblaciones aledañas.
Debemos considerar a las zonas metropolitanas como nuevas unidades orgánicas que requieren, necesariamente, innovadoras y eficientes formas de planeación, organización y administración con políticas públicas y estrategias de conjunto.
Un ejemplo es el Instituto Metropolitano de Planeación (Imeplan) del Área Metropolitana de Guadalajara, el cual, es un OPD intermunicipal, con personalidad jurídica, patrimonio propio y autonomía técnica y de gestión; el cual constituye una pieza clave en el proceso de planeación descentralizada con perspectiva integral y de largo plazo; con énfasis en el ordenamiento del territorio, el manejo de riesgos y la sistematización de la información.
De manera particular, por su alcance territorial, la Comisión Ambiental de la Megalópolis (CAME), de muy reciente creación, se constituye como un órgano de coordinación, encargado de la planeación y ejecución de acciones en materia de protección, preservación y restauración del medio ambiente.
Es claro que hoy, la gobernanza metropolitana está representada por estos órganos o instituciones públicas descentralizadas; no obstante, queda mucho por hacer, por legislar, por normar y por instrumentar.
La Comisión de Desarrollo Metropolitano, Urbano, Ordenamiento Territorial y Movilidad, presidida por Pilar Lozano Mac Donald, tiene una asignatura pendiente en el marco del desarrollo metropolitano, legislar la obligatoriedad formal para la implementación de institutos de planeación metropolitanos y la colaboración y coordinación entre los gobiernos municipales que conforme una ZM o conurbada, y no dejarse únicamente como sucede en la actualidad, en función de la voluntad política de cada uno de estos gobiernos.
Igualmente, se vuelve fundamental reformar el Fondo Metropolitano como instrumento estratégico para fortalecer desde la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu) la gobernanza metropolitana, y garantizar, así, la implementación y ejecución de proyectos metropolitanos previamente establecidos en los Planes y Programas de Zonas Metropolitanas o Conurbadas del país.