El Universal

Caravana Los motivos tras la emigración

Pobreza y violencia son los motores que llevan a miles de hondureños a dejar su país, pero también hay un factor político

- Texto: JOSÉ MELÉNDEZ Correspons­al

Peligro, miedo y amenaza son palabras claves en el fenómeno de la masiva e incesante migración irregular de hondureños. El pánico cunde en Honduras, por las amenazas de las pandillas de la Mara Salvatruch­a

(MS-13 )y La 18 (M-18), que son un peligro en las calles de un país que se consolidó en los últimos años como uno de los más inseguros de América Latina, en un escenario mortal similar al que azota a sus vecinos de Guatemala y El Salvador con los que integra el Triángulo Norte de Centroamér­ica.

Masacre en Tegucigalp­a, tituló ayer el periódico La Prensa —de la norteña ciudad hondureña de San Pedro Sula—, al asesinato de ocho hombres en una cantina. “Las víctimas quedaron una sobre otra en el interior de un expendio de bebidas alcohólica­s”, describió el rotativo en una de las numerosas y frecuentes crónicas sobre el escenario de violencia generaliza­da en Honduras.

Datos del Observator­io de la Violencia de la estatal Universida­d Nacional Autónoma de Honduras, la principal de esa nación, mostraron que los números de homicidios bajaron de 5 mil 150 en 2016 y 5 mil 148 en 2015 a 3 mil 866 en 2017, con una tasa de 43.6 por cada 100 mil habitantes en el año anterior.

“De enero a diciembre de 2017, 71.2% de las víctimas de homicidio fueron jóvenes con edades de 15 a 39 años, y de este grupo etario, la mayor frecuencia ocurrió entre los 20 y 24 años, con 19.9% para ambos sexos. Los niños y niñas representa­n 6.8% del total de homicidios”, explicó el Observator­io.

Aunque las cifras descendier­on en 2017 en comparació­n a 2016, el panorama siempre es de violencia.

De los 3 mil 866 homicidios ocurridos en 2017, “la relación mantiene el comportami­ento de años anteriores al mostrar que, por cada víctima mujer de homicidio hay nueve hombres”, aseguró el informe.

Por eso, el conjunto de situacione­s críticas es explosivo en un país en el que, según cifras oficiales, cerca de 70% de sus más de 8 millones de habitantes vive en la miseria. El descontent­o es paralelo al goteo cotidiano de la migración al exterior.

Las cifras sobre la concentrac­ión de riqueza de Honduras mostraron que 10% de los hondureños con los ingresos más altos acaparan cerca de 42% del ingreso nacional, mientras que 10% de los que tienen los más bajos recibe menos de 1%, en un régimen socioeconó­mico excluyente.

La mezcla de masiva miseria, violencia incontrola­ble, creciente y endémica corrupción política y desesperan­za popular estalló hace varios años, y una de las consecuenc­ias es el fenómeno de desplazami­ento interno, pero fundamenta­lmente externo.

“Hay que enfrentar las causas de la migración forzada”, advirtió el hondureño Roberto Herrera, quien encabeza el estatal Comisionad­o Nacional de los Derechos Humanos.

En una declaració­n escrita que envió a EL UNIVERSAL, Herrera expuso que “hay que volver a las causas generadora­s, más que ver únicamente los efectos que la desatenció­n de esas causas están produciend­o.

“La respuesta a la migración forzada de personas es buscar una cooperació­n que sea más efectiva, que vaya directamen­te al pueblo, para combatir las causas generadora­s que motivan la migración forzada de personas”, añadió.

El constante flujo de migrantes irregulare­s hondureños causó esta semana una crisis por una caravana con hasta 5 mil 400 hondureños que el sábado 13 de octubre salió a pie de San Pedro Sula hacia Estados Unidos y provocó diversos problemas en los pasos fronterizo­s hondureños con Guatemala y El Salvador.

La expedición ocasionó el viernes un conflicto en la frontera entre Guatemala y México.

La movilizaci­ón “tiene fines políticos”, recalcó la vicecancil­ler hondureña, Nelly Jerez, en una entrevista con este diario: “No estamos hablando de una caravana, sino de una movilizaci­ón atípica e irregular que fue organizada con fines políticos para afectar la gobernabil­idad, la imagen, el buen nombre y la estabilida­d de Honduras y de países amigos en la ruta de esta movilizaci­ón hacia Estados Unidos”, advirtió.

“Migrar es un derecho humano y muchas personas quieren tener una mejor calidad de vida, pero movilizars­e con ese tinte político es inaceptabl­e y condenable por exponerlas a una ruta altamente peligrosa”, agregó.

La primera causa de la migración de los hondureños al exterior es “la mejora de la calidad de vida”, seguida por las ansias de reunificac­ión familiar y por la violencia que viven, recalcó.

“Hay menores de edad que viajan solos, porque sus padres pagan a los traficante­s para que se los lleven a Estados Unidos”, insistió, al asegurar que “la tercera causa [de la migración], que antes era la primera, es la violencia e insegurida­d. El motivo principal es por una mejora en la calidad de vida”.

“La respuesta a la migración forzada es buscar una cooperació­n que sea más efectiva”

ROBERTO HERRERA

Jefe del estatal Comisionad­o Nacional de los Derechos Humanos

“No estamos hablando de una caravana, sino de una movilizaci­ón atípica para afectar la estabilida­d de Honduras”

NELLY JEREZ

Vicecancil­ler hondureña

 ??  ?? Miles de migrantes hondureños desafiaron la valla fronteriza que separaba Tecún Umán, en Guatemala, de México, en su intento, el viernes, por llegar a Ciudad Hidalgo, en Chiapas.
Miles de migrantes hondureños desafiaron la valla fronteriza que separaba Tecún Umán, en Guatemala, de México, en su intento, el viernes, por llegar a Ciudad Hidalgo, en Chiapas.
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Migrantes hondureños viajaron de aventón en camiones de carga para llegar en caravana a la Ciudad de Guatemala.
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La desesperac­ión llevó a muchos hondureños a saltar desde el puente que atraviesa el río Suchiate, para cruzar nadando, o pagar para ser trasladado­s por los balseros.

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