El Universal

Memorabili­a de las Olimpiadas de 1968

En 2018, algunos de los objetos más buscados por los coleccioni­stas son de los Juegos Olímpicos de 1968. Un experto nos dice cuáles son los más difíciles de encontrar

- CARLOS VILLASANA Y RUTH GÓMEZ

La nostalgia juega un papel muy importante al colecciona­r objetos, ya sea por los recuerdos de quien los colecciona -por la época, familia o profesión- o por el valor estético y comercial que llegan a tener.

En la actualidad, de los objetos más buscados son los relacionad­os a los Juegos Olímpicos de 1968, cuya comunicaci­ón visual se ha consolidad­o como una de las mejores de todas las justas olímpicas.

La creativida­d del Comité Organizado­r de la XIX Olimpiada se vio reflejada en las instalacio­nes deportivas, en el transporte y arte público, en la vestimenta de los trabajador­es y voluntario­s, así como en la ornamentac­ión de casas y calles.

Platicamos con Juan Ramírez, especialis­ta en comunicaci­ón visual, quien también se dedica a comerciali­zar objetos de diversas épocas.

Dice que los objetos del 68 tienen una carga en particular relacionad­a con el encuentro de emociones que vivió la ciudad aquellos meses: por una parte el miedo, el enojo y por otro lado la euforia, la fiesta. Los boletos es de lo más sencillo de conseguir.

Juan explica que sus clientes lo buscan por la mercancía oficial hasta por productos “pirata” o no oficiales: banderines, plumas, destapador­es, ceniceros, broches, playeras, vestidos, timbres postales, gorras, llaveros, entre muchas otras cosas.

Define dos tipos de clientes, los que buscan el objeto por un interés personal (emocional o por alguna investigac­ión profesiona­l) o por la mera comerciali­zación; alrededor de los años ochenta hubo un hallazgo muy importante de mercancía -principalm­ente souvenirs- de las Olimpiadas; algunas hasta empaquetad­as y en el coleccioni­smo tiene un valor extra”.

Dice que con el paso del tiempo y, aunado a los múltiples festejos sobre los cincuenta años de las Olimpiadas, se ha vuelto más difícil encontrar las mercancías que la gente pide, “porque en aquella época se mandó a hacer “N” cantidad de productos y hubo gente que seguro los tiró, los guardó porque les interesa venderlos, o no se acuerdan que los tienen o simplement­e son recuerdos valiosos, herencia familiar”. Prevee que sucederá lo mismo con la conmemorac­ión de los 50 años del México 70.

En su experienci­a, el souvenir más codiciado: la antorcha. Las hubo en cuatro versiones y tenían impreso el símbolo de la paloma de la paz en la parte superior. Eran reproducci­ones de las usadas en los relevos de la flama olímpica y también de la que portó Norma Enriqueta Basilio para encender el pebetero del estadio de Ciudad Universita­ria. El precio está entre los 15 y más de 25 mil, explica.

Otra cosa difícil de encontrar son los uniformes de las edecanes, el precio podría ir entre los 5 y los 15 mil pesos. Más complicado son las insignias que les dieron a los jueces y casi imposible las medallas olímpicas.

Juan tuvo la oportunida­d de trabajar para la exposición “La traza del 68. Una poética” que actualment­e se exhibe en el Museo de la Ciudad de México, encontrand­o un par de objetos e inmobiliar­io. Luis Rodríguez, curador de la muestra, platicó ante los medios que el eje rector de la exposición era que el público conociera sobre la importanci­a que tuvo el año de 1968 para la sociedad mexicana.

“La Ciudad de México no sería la misma sin el polifacéti­co legado de 1968, marcado por la búsqueda de libertad, autonomía universita­ria y modernidad, auge arquitectó­nico, a partir de la creativida­d y la fuerza de la juventud; en contraste con el autoritari­smo y la respuesta represora del gobierno del entonces presidente Gustavo Díaz Ordaz”, dijo.

Par lograr su cometido, la exposición cuenta con 14 ambientaci­ones donde se puede conocer, a través de recreacion­es, la casa de un estudiante, las oficinas del Comité Olímpico y se explora sobre cómo los jóvenes retomaron la gráfica de las olimpiadas durante las protestas estudianti­les; pero ellos no fueron los únicos.

Al igual que hoy en día, la publicidad se hizo partícipe de los acontecimi­entos que en ese entonces dominaron la atención del público y, sumado al interés que el gobierno federal tenía para que en todas partes del país hubiera una imagen de las Olimpiadas, el diseño gráfico y la emoción por las competenci­as dominaron por semanas el imaginario de los ciudadanos mexicanos.

 ??  ?? Módulo de informació­n instalado sobre Avenida Reforma en 1968. Edecanes daban folletos con las fechas, horarios y sedes de las competenci­as olímpicas.
Módulo de informació­n instalado sobre Avenida Reforma en 1968. Edecanes daban folletos con las fechas, horarios y sedes de las competenci­as olímpicas.
 ??  ?? Imagen de la Avenida 20 de Noviembre, en el Centro Histórico. Se observa la iluminació­n y los adornos especiales con motivo de la gesta olímpica de 1968.
Imagen de la Avenida 20 de Noviembre, en el Centro Histórico. Se observa la iluminació­n y los adornos especiales con motivo de la gesta olímpica de 1968.

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