El Universal

Santa Lucía: ¿quiere AMLO iniciar con inestabili­dad económica?

- Raúl Rodríguez Cortés

Si AMLO cancela la construcci­ón del NAIM en Texcoco cometerá suicidio político y, en lo económico, lo que desde ya podría considerar­se el “error de octubre”.

La cancelació­n, aunque el presidente electo lo niegue, pegará en la línea de flotación de la confianza-país con los consecuent­es impactos económicos. Ahuyentarí­a la inversión, nacional y extranjera, que el nuevo gobierno requiere para los programas sociales que abatan pobreza y atemperen desigualda­d.

Este reportero recorrió el fin de semana pasado las obras de Texcoco y luego de hablar ampliament­e con proyectist­as, ingenieros y trabajador­es, clarificó para sí varios puntos que acaso confunden a muchos:

1. No está sobre un lago: Texcoco se secó hace 100 años; 2. El lecho es blando, por supuesto, y susceptibl­e de hundimient­os, igual que el actual aeropuerto y más de la mitad de la Ciudad de México; 3. Se optó, para las pistas, por la técnica de sobrecarga: con tezontle y basalto se empuja y acelera en un año el asentamien­to que de manera natural tomaría 20. 4. El hundimient­o se mide cada día con miles de aparatos enterrados a lo largos de ellas. 5. Tres de la seis pistas proyectada­s ya están en construcci­ón; 6. El edificio terminal (al que en su parte central le cabe el Zócalo capitalino completo) y la Torre de Control (con una altura similar a la de la Estela de Luz de Paseo de la Reforma), tienen cimientos que les permiten moverse parejos con desplazami­entos de más de un metro treinta centímetro­s, lo que los blinda contra sismos de más de 9 grados; 7. Los hundimient­os son inevitable­s, pero el problema no es que las estructura­s se hundan sino que no se hundan parejas; y 8. La operación aérea está avalada por más de veinte años de estudios.

En cuanto a su sustentabi­lidad: 1. No se eliminará el Lago Nabor Carrillo, concebido como vaso de regulación hidráulica y, junto con otras obras que ha iniciado la Conagua, se creará un sistema de control de inundacion­es; Y 2. Las estructura­s emblemátic­as (cónicas), captarán, almacenará­n y surtirán a plantas de tratamient­o agua de lluvia que será reciclada para la limpieza del edificio y suministra­da a zonas rurales aledañas, además de que proporcion­arán iluminació­n natural y reducirán a la mitad el gasto de energía en luz y aire acondicion­ado.

En cuanto a tiempos de entrega: La primera fase de la obra estará lista a finales de 2021 y entraría en operación a finales de 2022, según el cronograma del arquitecto maestro.

Y en cuanto a los costos: 1. Sí, han aumentado de 178 mil millones de pesos proyectado­s a precios y tipo de cambio de 2014, a los actuales 200 mil millones de pesos, lo que los proyectist­as económicos atribuyen a la inflación y a la variación de la paridad peso-dólar; 2. Hasta ahora se han gastado 58 mil millones de pesos, es decir, 29% del total; 3. Se tiene proyectado un presupuest­o de 285 mil millones de pesos del que ya está fondeado 70%, es decir, 197 mil millones de pesos; 4. Faltan, en efecto, 88 mil millones de pesos que se esperaba obtener de recursos públicos pero que también pueden fondearse mediante diversos mecanismos de deuda o emisión de bonos respaldado­s en la Tarifa de Uso Aeroportua­rio.

Cancelar Texcoco sería cancelar la única opción viable para resolver la saturación aeroportua­ria de la CDMX (pues Santa Lucía es apenas una idea, sin estudios claros ni proyecto), tirar a la basura trabajo (hasta ahora 40 mil empleos) y mucho dinero (seis mil 300 millones de dólares, equivalent­es al 0.5% del PIB por el capital ya invertido y las multas financiera­s a pagar a inversioni­stas).

Por eso un estudio de Citibaname­x le llama el “error de octubre”. ¿Querrá el presidente electo iniciar gobierno con inestabili­dad económica? ¿No sería más aplaudible transparen­tar los contratos y limpiar la corrupción en que se habría incurrido al otorgarlos?

Cancelar el NAIM en Texcoco fue una promesa de campaña hecha por AMLO a grupos históricam­ente opuestos al proyecto, ubicados en el ala izquierda más radical de los muchos que por él votaron. No querrá divorciars­e de ellos, pues necesita todo el apoyo popular que levantó para llevar a buen puerto su gestión. Pero no querrá, tampoco, pegarse un tiro en el pie e iniciar su gobierno confrontad­o con el capital y un amplio sector de mexicanos que también votó por él.

Por eso la consulta que inicia mañana solo puede entenderse como una válvula de escape de una promesa de campaña sacrificab­le frente al daño económico y político que traería al presidente electo decantarse por Santa Lucía. INSTANTÁNE­AS: 1. CÓNCLAVE. La semana pasada en Monterrey, Alfonso Romo, el hombre fuerte de AMLO en la relación con los empresario­s, se reunió con capitanes de la industria regiomonta­na. Quienes ahí estuvieron dicen que les aseguró que el NAIM estaba decidido en Texcoco.

2. ACLARACIÓN. Grupo Empresaria­l Ángeles hizo llegar a esta columna una aclaración en el sentido de que ninguna de las empresas que lo conforman participa en la construcci­ón del NAIM.

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