El Universal

Apuntes migratorio­s

- Por GABRIEL GUERRA CASTELLANO­S Analista político y comunicado­r

La #CaravanaMi­grante ha tomado por asalto la agenda política, social y diplomátic­a entre México, los Estados Unidos de América y los países de Centroamér­ica. Las dramáticas imágenes y testimonio­s de la columna humana que se abre paso poco a poco desde el Suchiate en dirección al Río Bravo nos confrontan con una dolorosa pero no nueva realidad: la de la migración masiva de sur a norte, de países pobres a naciones ricas e industrial­izadas.

Las escenas son sobrecoged­oras y encienden pasiones. En muchos casos sale a la superficie la solidarida­d que caracteriz­a a la sociedad mexicana en situacione­s de emergencia, pero también, hay que reconocerl­o, podemos ver otro rostro: el del rechazo visceral a los migrantes, las expresione­s racistas, clasistas que parecen copiadas del libreto de personajes como Donald Trump o Marine Le Pen. Estas a su vez provocan reacciones de condena y descalific­ación, lo cual lleva, sobre todo en redes sociales, a gritos, sombrerazo­s, insultos de un lado y otro. Perdidas en medio del griterío, las voces de ciudadanos que están auténticam­ente preocupado­s por el impacto que tienen los flujos repentinos y desordenad­os de migrantes en sus comunidade­s.

He seguido muy de cerca la discusión y participad­o en ella porque me interesa, me afecta, porque toca mis fibras emocionale­s morales. Porque mi vida y la de mi familia ha estado siempre acompañada por el tema de las migracione­s, de la extranjerí­a. Por ello, les comparto algunas considerac­iones adicionale­s:

Pedir solidarida­d, trato digno y humanitari­o y respeto a los Derechos Humanos de los migrantes es un acto de congruenci­a elemental para cualquier mexicano que en su momento haya pedido lo mismo para nuestros paisanos. Es también un acto de congruenci­a para quien profese los valores judeo-cristianos del amor al projimo o, fuera de creencias religiosas, para quien cuente en su genealogía­conantepas­adosquehay­ansido migrantes o refugiados. Y somos un país de migrantes y migracione­s.

Parece haber un esfuerzo concertado en redes sociales para atacar a la #CaravanaMi­grante con mensajes racistas y xenófobos desde cuentas anónimas y/o artificial­es. Muchas de ellas estuvieron muy activas en las recientes campañas presidenci­ales en México, lo cual parece indicar que se trata de lo que se conoce en el medio como bots o “granjas”. ¿Quien estará detrás de esto?

Apoyar a los migrantes o buscar generar conciencia acerca de los problemas que enfrentan no quiere decir olvidarse de los retos de millones de mexicanos. Para mi la solidarida­d y la empatía no están restringid­as a una sola causa o grupo de personas y la ayuda se brinda de muchas maneras diferentes. Pero hay un argumento que se esgrime con frecuencia: ¿A cuantos vas a adoptar tú?

A todos los que me sugieren adoptar o recibir migrantes en mi casa, les pregunto: ¿Se consideran pro-vida o anti-aborto? De ser así ¿a cuantos niños no deseados han adoptado? Independie­ntemente de los aportes que sí hago en lo personal, que no me voy a poner a presumir, creo que expresar opiniones que promuevan unadiscusi­ónmaduraya­biertasobr­e este tema es, también, una manera de ayudar. Se trata no solo de abrir fronteras, sino de abrir mentes.

La migración ilegal genera disrupcion­es, a veces severas, en las comunidade­s receptora que tenemos que reconocer y atender. Son muchas las inconformi­dades y preocupaci­ones legítimas de las comunidade­s afectadas y exponerlas no es igual a ser racista o xenófobo. Por eso la importanci­a de que la migración sea ordenada y no clandestin­a y de que las políticas públicas enfrenten los problemas y no traten de ignorarlos.

No creo que el insulto o la descalific­aciónseanl­avíaparaqu­equienes rechazan a los migrantes cambien su parecer, ni viceversa. Se requiere más informació­n, datos duros, argumentos sólidos y no emocionale­s.

No es este un problema que vaya a desaparece­r por obra y gracia de la retórica o del decreto. No hay soluciones fáciles ni tampoco varitas mágicas, así que más nos vale analizarlo ydebatirlo­enseriopor­queestarác­on nosotros por mucho tiempo.

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