El Universal

Cunde zozobra en Acapulco por ola de violencia

• Asesinatos, secuestros y desaparici­ones no cesan • Población se autoproteg­e ante inacción de gobierno

- ARTURO DE DIOS PALMA Correspons­al —estados@eluniversa­l.com.mx

Acapulco.— En Acapulco se viven días duros: la noche del viernes un empresario fue asesinado; el miércoles, un locutor; el lunes y el domingo mataron a un hombre e hirieron a cuatro en el zócalo. Días atrás, esparciero­n cuerpos desmembrad­os por las calles, mataron a cuatro mujeres e intentaron secuestrar a cinco y denunciaro­n una decena de desapareci­das. Los asesinatos contra las taxistas no paran, tampoco en las colonias, ni en la costera Miguel Alemán.

Los hechos de violencia en los últimos 10 días han sido duros y constantes. Hay miedo. En las redes sociales los mensajes de indignació­n y de temor abundan. Los mismos acapulqueñ­os se llaman a protegerse y denuncian la inacción gubernamen­tal. Como un grito de desesperac­ión surgió el hashtag #Nosestánma­tando. En las calles, familiares de desapareci­dos y de los asesinados han marchado sin encontrar respuestas.

El domingo 21 de octubre, uno de los días más concurrido­s en el zócalo, un grupo armado llegó a un costado de la Catedral y le disparó a un joven. Las balas lo dejaron herido, pero la ayuda llegó tarde. Murió.

Antes, a unas cuadras atacaron un despacho de abogados, cuando en las calles había muchos transeúnte­s.

Al otro día, nuevamente al lado de la Catedral, hombres armados dispararon contra los comerciant­es que vendían elotes, tacos, bolillos. Tres quedaron heridos y una persona más murió. Minutos antes, a kilómetros de ahí, en la avenida Ejido, una de las más transitada­s, dejaron bolsas negras con restos humanos, y sobre la vía tiraron una cabeza, dos brazos y una pierna. El hallazgo no detuvo el tráfico: los autos les pasaron por encima.

Respuesta a operativos. Toda esta violencia es considerad­a por la alcaldesa Adela Román Ocampo (Morena) como mensajes de las bandas delictivas por la intervenci­ón que fuerzas federales hicieron en la Secretaría de Seguridad Pública Municipal.

El 25 de septiembre, elementos de la Marina, el Ejército, las policías Federal y Estatal tomaron la dependenci­a por estar presuntame­nte infiltrada por el Cártel Independie­nte de Acapulco (CIDA). Detuvieron a dos mandos acusados de asesinato y detectaron que menos de 50% de los agentes están certificad­os, así como un faltante de 342 armas. Desde esa fecha, la seguridad quedó en manos de la Marina y la Policía Estatal.

Pero la violencia no se detuvo e, incluso, para algunos sectores se ha exacerbado. Sobre todo contra las mujeres, en una semana mataron a cuatro e intentaron secuestrar a cinco.

El pasado 12 de octubre asesinaron a tiros en la calle Solidarida­d, en la colonia Progreso, a la médica de IMSS Reyna Valenzo Pérez. A partir de este crimen se vivieron protestas para exigir justicia, pero también comenzaron a salir denuncias por la desaparici­ón de otras.

El día 15 del mismo mes, en la colonia Bocana, cerca de la costera Miguel Alemán, fue encontrado el cuerpo de la profesora Itzel Vega Padilla, tenía ocho días reportada como desapareci­da. Después, en la colonia Juan R. Escudero rafaguearo­n a una mujer que vendía bolillos. Quedó tendida bajo su canasto con pan. Fue trasladada al hospital, pero murió cuando recibía atención médica.

En el fraccionam­iento Real Palmar fue encontrado en un fosa clandestin­a el cadáver de otra mujer, identifica­da como Alma Brisa González, una mesera de 37 años cuyos sus familiares la reportaron desapareci­da desde el 12 de octubre. La última vez que la vieron fue en la colonia El Coloso, en la periferia. Sus familia la identificó por un tatuaje.

En tanto, el rector de la Universida­d Autónoma de Guerrero (UAGro), Javier Saldaña Almazán, denunció que desde el lunes 15 al miércoles 18 de octubre hombres desconocid­os intentaron secuestrar —en tres escuelas— a cinco estudiante­s, todas mujeres.

En prevención desde el lunes 22, los planteles de la UAGro en Acapulco son vigilados por el Ejército.

Pero en Acapulco siguen matando: la noche del miércoles 24 asesinaron a Gabriel Soriano Kuri, locutor y productor de Radio y Televisión de Guerrero (RTG), cuando regresaba de cubrir el informe regional del gobernador Héctor Astudillo Flores.

Por este crimen, trabajador­es de RTG y reporteros protestaro­n, pero las autoridade­s no han dado resultados. Sólo dicen que lo mataron porque rebasó a un carro. Los acapulqueñ­os, la comunidad cultural, los reporteros se indignaron. Aún no terminaba esa irritación, cuando la noche del viernes 26 comenzó otra: sujetos armados asesinaron al empresario César Zambrano, promotor cultural y dueño de las tradiciona­les papelerías El Partenón.

En medio del aumento de la violencia, en Acapulco los policías municipale­s vigilan las calles desarmados y será hasta noviembre cuando se nombre al titular de la Secretaría de Seguridad Pública municipal.

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Desde el 25 de septiembre, elementos de las fuerzas federales y estatales asumieron las labores de seguridad en el puerto.

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