Última jornada, como un paseo dominical
Con chamarras, en ropa deportiva, acompañados de sus hijos o sus mascotas, sin el estrés por regresar a sus puestos laborales, miles de capitalinos convirtieron la consulta ciudadana por el Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM) en un paseo dominical.
Desde las ocho de la mañana se instalaron las casillas en las 16 alcaldías de la Ciudad de México; al inicio la concurrencia fue casi nula, pero conforme avanzó el día la gente llegó con emoción y curiosidad por participar.
“Hay entusiasmo, vienen en familia, hay mucha emoción”, comentó Édgar Barrera, quien coordinó la casilla ubicada afuera de la estación Buenavista.
Los ciudadanos revisaron con calma la parte posterior de la papeleta para comparar las ventajas y desventajas de ambas posibilidades, incluso se separaban de la mesa para consultar con quienes los acompañaban.
El entusiasmo no terminó ahí, algunos de los votantes al salir de las casillas se tomaron selfies mostrando sus pulgares entintados, otros aseguraron que una vez cumplido su deber civil podían buscar en donde desayunar, como María Jaime Arellano, que antes de ir a comer pancita fue a votar: “Ahora sí, ya puedo ir por una pancita, ya votamos, elegimos lo que creemos mejor y cumplimos, ahora podemos disfrutar nuestro domingo como cualquier otro”.
Las posturas en este ejercicio estuvieron polarizadas, mientras hubo quienes la consideraron algo positivo y democrático, otros opinaron que tuvo fallas y la decisión final no se basará en ésta.
“Es la primera consulta, aunque tenga fallas hay que participar”, aseguró Corina Harquin. Érick Morales cuestionó la trascendencia de la consulta, “pienso que es como un placebo, en sí, esto no define nada, como pueden tomarlo en cuenta como al final no”.
La noche llegó antes, no parecían las seis de la tarde cuando las boletas fueron trasladadas a la sede de la organización México Decide, en donde se revisaron los votos de todo el país que señalaron el futuro del Nuevo Aeropuerto Internacional de México.