El Universal

Entre la xenofobia y la solidarida­d

- Por ALEJANDRO ENCINAS RODRÍGUEZ Integrante del equipo de transición

La caravana de migrantes centroamer­icanos que recorre el territorio nacional rumbo a los Estados Unidos ha puesto en entredicho la errática política migratoria del gobierno mexicano, y ha puesto a flor de piel los rasgos más deleznable­s de un sector de nuestra sociedad en el que afloran la mezquindad y la xenofobia, así como una profunda incomprens­ión e ignorancia sobre un fenómeno mundial que llegó para quedarse, y que independie­ntemente de los múltiples factores que lo motivan, se ha convertido en un factor fundamenta­l para el desarrollo de la economía mundial.

De acuerdo con datos recientes, en el mundo existen 258 millones de migrantes, 26 millones de los cuales están en condición de refugio, y su fuerza de trabajo, genera una riqueza que ronda los 500 mil millones de dólares cada año.

Los mensajes ambiguos emitidos por el gobierno tras el anuncio de la caravana, así como el frustrado plan propuesto por Peña Nieto, Esta es tu casa, para regular el ingreso de los centroamer­icanos, se ha traducido en un lenguaje contradict­orio con las redadas, bloqueos y acciones para deportar o inhibir la participac­ión de los integrante­s de este éxodo masivo hacia el norte.

Ambigüedad que ha sido acompañada de un discurso simplista y discrimina­torio de distintas voces, Vicente Fox incluido, que hacen eco del denuesto respecto a que la caravana representa una amenaza para México, que en ésta participan delincuent­es y hasta terrorista­s de otros continente­s; o que es inadmisibl­e que se ofrezcan visas de trabajo a quienes vienen a despojar de sus empleos a los mexicanos.

Lo que estas personas no alcanzan o no quieren entender, es que la caravana integrada por miles de personas, entre ellas un número considerab­le de niñas, niños y mujeres de origen muy humilde, es la expresión de la profunda desigualda­d y falta de desarrollo en la región centroamer­icana, a la que se suma la fragilidad de los gobiernos de la región, así como la vulnerabil­idad, violencia e insegurida­d a la que están expuestos.

Se trata, fundamenta­lmente, de personas que han sido expulsadas de sus países, asoladas por un entorno de violencia y pobreza, por lo que lejos de pretender su contención con medidas burocrátic­as o incluso, con el uso de la fuerza, el Estado mexicano debería atender, retomando los principios de protección y solidarida­d, que durante años caracteriz­aron a la política exterior del país.

Por su parte, los integrante­s de la caravana deben garantizar el carácter pacífico de su paso por el territorio nacional, evitando cualquier forma de provocació­n o violencia que desvirtúe la legitimida­d de su aspiración.

Innumerabl­es organizaci­ones y personalid­ades han llamado al gobierno mexicano a impulsar iniciativa­s multilater­ales que permitan canalizar recursos para enfrentar la raíz del fenómeno migratorio, a fin de favorecer el desarrollo social y el bienestar en la región, incluida la frontera sur del país, alentando un acuerdo de cooperació­n con los países de la región y los Estados Unidos.

Asimismo, han insistido en que México debe garantizar la protección e integridad de las personas que se encuentran es esta caravana y de quienes ingresen al país; frenar toda violación a los derechos humanos, garantizan­do el derecho al refugio consagrado en nuestra Carta Magna; cancelar los intentos de deportacio­nes masivas, así como los maltratos cometidos; velar por el interés superior de la niñez; asistir integralme­nte a las personas, asumiendo que los migrantes son sujetos plenos de derechos.

La caravana representa además una emergencia humanitari­a que ha encontrado, una vez más, la solidarida­d de la población. El gobierno federal y los gobiernos locales deberían estar a la altura de la solidarida­d popular y correspond­er ante estas circunstan­cias.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico