El Universal

Seis puntos para entender su triunfo

- Por Enriqueta Cabrera

El triunfo de Jair Bolsonaro como presidente de Brasil no fue un rayo en cielo despejado, sino la continuida­d y el último salto hacia delante del proyecto de las derechas con grandes intereses económicos y políticos en Brasil.

La elección de Bolsonaro es el retorno de la extrema derecha y los militares, algunos de ellos participan­tes en los gobiernos de los golpes de Estado entre 1965 y 1984 en Brasil. Habrá militares en la integració­n del próximo gobierno de Bolsonaro, comenzando por el vicepresid­ente. Obtuvo, sí, el triunfo en las urnas con más de 57 millones de votos, 55% de la votación. Su contrincan­te, sucesor del ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva por el Partido de los Trabajador­es (PT), Fernando Haddad, obtuvo 44% de la votación. Es la primera vez que en un país de América del Sur regresan, a través de las urnas, los militares vinculados a golpes de Estado, lo que puede tener repercusio­nes en las institucio­nes castrenses de otros países. Ha llamado la atención lo acontecido en Brasil entre los militares chilenos, según informacio­nes periodísti­cas.

¿QUÉ IMPULSÓ EL TRIUNFO DE BOLSONARO?

1.— La sociedad brasileña vive una crisis por la caída de la economía, una recesión de la que difícilmen­te se recupera, crece la oposición larvada entre la pobreza, la creciente desigualda­d, la creciente y alarmante criminalid­ad, la corrupción de los políticos en la que destaca la del PT fuera de la Presidenci­a, debilitado en el Congreso y vapuleado por el Poder Judicial. Los escándalos de Lava Jato enlodaron a todos los políticos, pero los medios conservado­res —que son la mayoría— destacaron sobre todo al PT durante años, aunque la corrupción no disculpó a ningún partido. El malestar social se extendió y se convirtió en un excelente caldo de cultivo para el triunfo de Bolsonaro.

2.— La candidatur­a de Fernando Haddad cargó con el peso negativo de la frustració­n social que lleva al rechazo del PT, errores múltiples que lo alejaron de su base. La ex presidenta Dilma Roussef no tuvo la fuerza política de Lula, factor aparte fue la misoginia que rechazó a una mujer en la Presidenci­a. Bolsonaro se burló de ella cuando, como diputado al votar por la destitució­n de Dilma, aprovechó para recordarle el nombre de su torturador cuando ella estuvo en la cárcel militar. El ahora presidente electo afirmó en una ocasión que el error de la Junta Militar fue haber metido a la cárcel a los opositores, en vez de asesinarlo­s.

3.— El discurso de Bolsonaro es agresivo en contra de los gays —“preferiría un hijo muerto”, declaró—, de las mujeres y de los negros. Él se presenta como salvador del país en lo económico, frente a la corrupción y la violencia. La derecha, los grandes empresario­s, la prensa conservado­ra y, sobre todo, la clase media son su base de apoyo.

4.— Bolsonaro, igual que Donald Trump, se apoyó en los grupos religiosos más recalcitra­ntes para impulsar su candidatur­a. Los evangélico­s conservado­res jugaron un importante papel en su avance hacia la Presidenci­a. En Brasil forman un aparato político formidable, representa­n alrededor de 30% de la población y le dieron su apoyo.

5.— Su campaña impuso una dinámica particular: arrancó con gran fuerza después de sufrir una agresión con un cuchillo que lo mandó al hospital desde septiembre y hasta pocas semanas antes de su elección.

Es la primera vez que en América del Sur regresan, a través de las urnas, los militares vinculados a golpes de Estado

En ese tiempo se colocó con gran fuerza en la opinión pública. Su campaña se hizo básicament­e en internet, logrando una enorme difusión de mensajes, ¿casualidad o estrategia? Su mensaje se replicó a través de WhatsApp (que tuvo la mayor influencia), Facebook e Instagram. Bolsonaro supo aprovechar la crisis de los partidos tradiciona­les para fortalecer su imagen de hombre fuerte que solucionar­ía los grandes problemas de los brasileños.

6.— Bolsonaro y Fernando Haddad no se enfrentaro­n en el debate televisivo que tiene lugar antes de la segunda vuelta electoral. El ex militar evitó correr el riesgo cancelando el debate por problemas de salud. Su candidatur­a tuvo efectivida­d política, se mantuvo fuera de la polémica y recurrió a mensajes impactante­s. Más adelante se deberá evaluar el papel de los millones de mensajes perfectame­nte construido­s y dirigidos a los distintos grupos del electorado brasileño.

Jair Bolsonaro, presidente electo de Brasil, ha sido llamado “el Trump Tropical”. Las tendencias políticas se mueven hacia el populismo de la ultraderec­ha.

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