Cinco preguntas
Amenos de una semana de las elecciones intermedias estadounidenses, la polarización domina el cierre de campaña. Mientras que las secuelas de la confirmación del juez Kavanaugh a la Suprema Corte y el alcahueteo electoral de la inmigración por parte de Trump le han dado tracción política al GOP, el asesinato de 11 personas en una sinagoga y el envío de paquetes explosivos a medios de comunicación, ex presidentes y funcionarios demócratas podrían darle a la oposición, a días del 6 de noviembre, un argumento sólido de que hay que acotar a Trump y sus invectivas. No hay reglas escritas en la política, pero algunos patrones se repiten; uno de los más constantes en EU es que en toda elección intermedia (23 de las últimas 26 desde 1911) el partido del presidente en turno pierde escaños. Por ello, es probable que el próximo martes veamos al Partido Demócrata recuperar el control de la Cámara mientras que el Partido Republicano mantendrá el del Senado. Sin embargo, en este momento hay mucha volatilidad, y cambios inesperados en la combinación del perfil de votantes que acudan a las urnas pueden minar todo pronóstico. Aquí van algunas de las preguntas medulares cara a los comicios.
1.¿Tsunami azul? Si los demócratas le arrebatan la Cámara al GOP ganando 23 escaños netos, el camino a 2020 se alterará. Hay 38 escaños del GOP que se están decantando hacia los demócratas y 27 más que están en el filo de la navaja. Hay descontento real con Trump en zonas suburbanas y la diversidad en las candidaturas demócratas podría ser una fortaleza ahí. Con un presidente con niveles de aprobación en los cuarenta (y desaprobación presidencial suele pesar más que la economía en las intermedias) y un voto genérico a favor de los demócratas de 8 puntos, éstos han convertido la elección en un referéndum sobre Trump. ¿Les alcanza para una victoria contundente o acabarán con una mayoría estrecha en la Cámara? El GOP tiene a su favor una economía boyante y niveles de desempleo de 3.7%, así como el hecho de que la caravana migrante ha energizado al voto duro trumpiano. Si lograse nadar contra la corriente y mantener el control de ambos recintos legislativos, la reelección de Trump estaría encarrilada.
2.¿Consolidará el GOP control del Senado? El camino a una victoria demócrata en el Senado parece haberse evaporado. Aquí, a diferencia de la Cámara, son los demócratas los que juegan a la defensiva, buscando preservar 24 escaños contra sólo 9 de los republicanos. A ello hay que agregar que 10 de esos escaños demócratas están en estados que votaron por Trump en 2016, y ahí es donde el tema Kavanaugh parece haberles pasado factura.
3.¿Las gubernaturas? Los demócratas aumentarán las gubernaturas que hoy controlan (16), sobre todo por la motivación acumulada en el medio oeste del país. La pregunta es por cuántas. Lo que ocurra a nivel estatal tendrá implicaciones a largo plazo, sobre todo porque después del censo 2020 los gobernadores electos ahora jugarán un papel central en los procesos de redistritación electoral. Y el partido que controla la gubernatura tiene una ventaja en la movilización electoral en comicios presidenciales.
4.¿El año de la mujer? 2018 será recordado como el año de la mujer. Motivadas por la conducta del Presidente, el movimiento #MeToo y números récord de candidatas demócratas al Congreso y gubernaturas, el voto femenino podría darle al partido la victoria.
5.¿Y el voto hispano y de los jóvenes? A contracorriente de lo anterior, la falta de participación de jóvenes y votantes hispanos podría convertir el tsunami demócrata en una ola de Caleta. Si bien ambos grupos manifiestan elevados niveles de rechazo a Trump, las encuestas sugieren que su participación caerá incluso comparado con el nivel paupérrimo en 2016.
Lo que ocurra el martes no conlleva en sí vaticinios infalibles para 2020. Tanto Reagan como Clinton y Obama perdieron sus intermedias y lograron reelegirse. Pero es un hecho que si los demócratas tienen una jornada electoral estelar, eso pondrá a Trump contra las cuerdas y podría abrir fisuras importantes al interior del GOP. Pero pase lo que pase, para los demócratas hay una lectura manifiesta: sólo derrotarán al chovinismo y la demagogia si proponen un cambio verdadero en vez de defender el estatus quo. Eso requiere de visión, y hasta el momento los demócratas, con la mejor tonada, aún tienen que encontrar la letra que la acompañe.