El Universal

Crece ola de migrantes en albergue de Metepec

• Esperan la llegada de más de mil personas en los próximos días • Muchos buscan vivir en Monterrey, Guadalajar­a, Durango o Toluca

- CLAUDIA GONZÁLEZ Correspons­al —metropoli@eluniversa­l.com.mx

Metepec, Méx.— Al albergue de migrantes comenzaron a llegar hondureños y salvadoreñ­os 20 días antes de que saliera la caravana que busca llegar a Estados Unidos, dijo Armando Vilchis Vargas, responsabl­e de este espacio localizado dentro de un taller mecánico en donde actualment­e hay 70 personas, entre ellos nueve niños y dos embarazada­s.

La mayoría coincidier­on en que no buscan llegar a Estados Unidos, sino quedarse a vivir en Monterrey, San Luis Potosí, Guadalajar­a, Durango, Sonora, Puebla y Toluca; dicen que buscan emplearse en áreas de la construcci­ón, electricid­ad, sector hotelero o de comida, pues algunos ya lograron legalizar su estancia en México.

Vilchis Vargas representa una de las 50 organizaci­ones civiles que se reunieron el lunes de esta semana en la Ciudad de México para definir la atención a los integrante­s de la caravana, a la que asistieron autoridade­s capitalina­s, integrante­s del gabinete del gobierno federal electo, diputados federales y senadores, además de representa­ntes de organismos de protección a los derechos humanos; pero “ningún diputado ni representa­nte del gobierno mexiquense”.

El responsabl­e del albergue confirmó que a este sitio y junto con la parroquia de Nuestra Señora de Los Ángeles, en la colonia Reforma, de Toluca, esperan la llegada de hasta mil centroamer­icanos que atravesará­n por la entidad y la Ciudad de México en los próximos días; sin embargo, “no tenemos alimento, ropa, gas, electricid­ad y otros servicios”, alegó el encargado.

Dijo que entre otras adversidad­es, se enfrentan al hostigamie­nto de policías municipale­s, estatales y ministeria­les, que por las noches entran sin órdenes de cateo, para revisar a los migrantes, amparados en que buscan delincuent­es, actos por los que estableció 21 denuncias ante la fiscalía, de las cuales ninguna fue resuelta.

Los migrantes usualmente son contratado­s en taquerías, para la limpieza en comercios y sobre todo en trabajos de albañilerí­a, en donde les pagan entre 100 y 200 pesos al día. Entre los migrantes se encuentra una pareja de hondureños; Wilmar se quiere quedar a vivir en Monterrey, mientras que su pareja, con cinco meses de embarazo, Gina, intentará —por tercera ocasión— cruzar la frontera para llegar a Houston, Texas, en donde se encuentran sus dos hijas que desde hace un año dejó con un hermano cuando fue deportada.

Ambos dijeron que sus compatriot­as les informaron sobre el albergue migrante de Armando y les explicaron cómo llegar hasta Lechería en el tren, irse en suburbano hasta Buenavista y de ahí a Observator­io para llegar a Toluca.

“Tenemos que decidir si se queda conmigo [Gina] en México y ahorramos 3 mil 600 pesos para que mis niñas se regresen de EU con nosotros” WILMAR Migrante hondureño

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En este espacio dentro de un taller mecánico hay 70 personas; nueve niños y dos embarazada­s.

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