Las calaveritas de azúcar, que se colocan en las ofrendas de Día de Muertos, representan a la muerte y su paso inevitable. Según la tradición, sustituyen a los cráneos que en épocas precolombinas se usaban en los tzompantlis (altares) para honrar a los dioses. Regina Gómez y su familia han preservado esta dulce tradición desde hace más de 60 años.