Apoyo final
Los cuidados paliativos aminoran el malestar del paciente y fungen como alivio para sus familiares
Las enfermedades crónicas no transmisibles, como las cardiacas, cerebrovasculares, la diabetes o el cáncer, acaparan las cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía en incidencia y mortalidad en México. Además, la Secretaría de Salud alerta que, al menos, 50% de muertes en nuestro país son por este tipo de males.
Sin embargo, cuando una persona es diagnosticada con un padecimiento terminal o crónico, la atención suele centrarse en el tratamiento, descartando los cuidados paliativos.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, estos cuidados engloban atenciones físicas, psicosociales y espirituales. Aun así, la OMS reporta que en el orbe, de 40 millones de personas que necesita esta asistencia, solo 14% la recibe.
“Desde el diagnóstico, aunque tengan opciones de curación, se deben ejercer cuidados paliativos”, dice la doctora Selena Castañeda, coordinadora de Voluntad Anticipada y Cuidados Paliativos del Instituto de Salud del Estado de México.
“Las enfermedades no solo obedecen a los estragos físicos que pueda tener una persona, también al impacto psicológico, social, espiritual y existencial al recibir el diagnóstico. Si a alguien le dicen ‘usted tiene cáncer’, en ese momento lo derrumban y necesita apoyo psicológico”, precisa.
De acuerdo con Castañeda, la atención debe implementarse debido al panorama demográfico y la creciente demanda. “La situación epidemiológica cambió. Ahora tenemos más pacientes con enfermedades incurables, crónico-degenerativas y envejecimiento. Los adultos mayores también necesitan cuidados paliativos porque presentan síntomas como deterioro cognitivo, sordera, desnutrición por falta de piezas dentales o abandono”.
Precisamente en la vejez y en la infancia se debe intensificar la vigilancia, pues son más propensos a sufrir depresión por la pérdida de algún familiar. “Es un sector descuidado, la mayor parte de atención médica se enfoca en personas en edad laboral, pero la pirámide poblacional se va invirtiendo”, alerta el psico-oncólogo Luis Magaña, del Centro Médico ABC.
Asimismo, los familiares deben capacitarse para acompañarlos y ser los ojos del médico en casa. Por eso, “los cuidados paliativos también se enfocan en asegurar que las familias tengan mejor calidad de vida hasta el último momento porque, cuando un paciente sufre dolor, sufre la familia”, refiere la doctora Silvia Allende, jefa del Servicio de Cuidados Paliativos del Instituto Nacional de Cancerología.
En 2017 se lanzó la guía en línea Incan Cuida más
que, a través de módulos, capacita a los pacientes y sus familiares en el manejo integral, paliativo y emocional del cáncer.
Difusión y capacitación: los retos
En México, en 2009, se modificó la Ley General de Salud para incluir la Ley en Materia de Cuidados Paliativos. En 2014 se publicó en el Diario Oficial de la Federación la norma en la que se establecen los criterios para la atención de enfermos en situación terminal o con males crónico-degenerativos. Sin embargo, aún falta difusión y orientación.
Allende, especialista en el Early Institute, considera que “el reto es lograr una implementación de las unidades de cuidados paliativos para las 32 entidades, que tengan los servicios, la infraestructura y las capacidades suficientes para operar y dar un buen servicio, así como capacitar a más profesionales de la salud.
“Considerando el Índice de Calidad de Muerte de 2015, de 80 países que se estudiaron, México está en el sitio 43. Si tuviéramos una enfermedad que implique dolor, aquí moriríamos con bastante sufrimiento, porque aún no están tan difundidos los cuidados paliativos”, comenta la doctora Castañeda.
Los expertos concluyen que lo más importante es la comunicación con los médicos respecto a las opciones de tratamiento de los pacientes pues, al recibir un diagnóstico, atraviesan por un duelo.