Desde el 31 de octubre, el pueblo de Santa Fe de la Laguna, a 27 kilómetros de Pátzcuaro, viste sus calles de colores naranja y magenta. Los altares que se erigen tienen un costo entre 5 y 10 mil pesos y son una tradición purépecha monumental.
En esta localidad michoacana, las casas donde recientemente perdieron a algún ser querido pueden verse adornadas con un camino de pétalos para que las almas de los fallecidos encuentren su ruta de regreso.
Los familiares reparten chocolate, atole y pozole a todo aquel que los visita para brindar su respeto y oraciones al alma recién llegada.
Las ofrendas permanecen siete días, al octavo los productos se regalan.
Los arcos miden más de dos metros y usan más de 50 ramos de flores.
Los visitantes llegan con una ofrenda de fruta, pan o veladoras.