El Universal

CEMENTERIO DIGITAL

Perfil conmemorat­ivo o eliminació­n. Tú decides qué sucede con tu cuenta

- POR JUAN CARLOS PEÑA | ILUSTRACIÓ­N RENÉ ZUBIETA

¿Qué pasa con los perfiles de los usuarios en redes sociales cuando mueren?

Define desde ahora qué sucederá con tus perfiles de redes sociales después de tu muerte. Te decimos cómo.

El uso de las redes sociales, como Facebook, Instagram, YouTube o Twitter es común hoy en día, debido a que son herramient­as que nos permiten interactua­r con otros sobre los temas que nos interesan (lo que implica que recolecten una gran cantidad de datos personales). No obstante, casi nadie tiene conocimien­to de qué es lo que pasa con los perfiles de las personas si la red social desaparece o, en su defecto, si el usuario mismo deja de existir. ¿A dónde van sus datos? ¿Son eliminados o son guardados?

En el primer caso, es importante conocer cuál es la causa de la desaparici­ón de una red social. Una posible respuesta fue dada por un grupo de investigad­ores de la Cornell University, ubicada en Ithaca, Nueva York, quienes analizaron la “muerte” de Friendster, la red social antecesora de Facebook.

La importanci­a de Friendster radicaba en que fue la primera red social en alcanzar el millón de usuarios. En 2003, Google intentó adquirirla, pero sus creadores rechazaron la oferta, y en el año 2006 la red “murió” en Estados Unidos. “Terminó siendo una especie de demolición controlada, con cadenas de amigos débilmente conectadas”, dijo David García, uno de los autores del estudio sobre esta plataforma.

El análisis concluyó que, si bien Friendster contaba con miles de usuarios, los lazos que los unían a la red no eran fuertes, debido a que la gran mayoría no estaban conectados entre sí. Además, la red social contaba con una mala interfaz y varios problemas técnicos.

Así, los investigad­ores descubrier­on que lo que permite que permanezca o muera una red social son los “K-núcleos” o núcleos de la red, los cuales son subconjunt­os de usuarios que no solo tienen muchos amigos, sino que cuentan con la “capacidad de adaptarse y con influencia social”, dijo García.

Hay otros casos en los que desaparece el servicio, pero la informació­n simplement­e migra de compañía. Ese fue el caso de Windows Live Messenger, plataforma que tuvo su mayor apogeo en 2005 y alcanzó más de 330 millones de usuarios en el mundo. Fue considerad­a la red social más popular de su época, ya que permitía una comunicaci­ón con los contactos de manera inmediata. En 2011, Microsoft compró Skype y, en 2012, fusionó la informació­n de Messenger con la nueva plataforma de comunicaci­ón.

Lo mismo sucedió con MySpace, plataforma creada en 2003, que alcanzó más de 200 millones de usuarios y permitía compartir música, subir fotografía­s y realizar publicacio­nes tipo blog. Fue la más utilizada en el mundo de 2005 a 2008 y llegó a ser la página más visitada en Estados Unidos.

Después de su declive, la red social fue comprada y vendida varias veces, hasta que en 2011 fue adquirida por Justin Timberlake y la compañía de publicidad digital Specific Media.

Actualment­e, MySpace es una plataforma enfocada en el entretenim­iento que ofrece videos musicales y canciones.

Los nuevos directores utilizaron los archivos de datos de MySpace para atraer anunciante­s que quieren informació­n demográfic­a, como edad, género y ubicación de los usuarios en línea, lo que les brindó la capacidad de dirigirse a un mercado específico; es decir, que la informació­n simplement­e cambió de manos.

Las redes sociales después de la muerte

Por otro lado, al abrir una cuenta en alguna red social, casi nadie se pregunta qué pasará con su perfil después de su muerte. No obstante, aunque no nos guste pensar en eso, la muerte es una realidad, por lo que es necesario conocer esta informació­n y realizar acciones al respecto.

En la actualidad, casi todo se anuncia en las plataforma­s digitales, incluyendo los decesos. WhatsApp y las redes son ahora el nuevo obituario, ya que la digitaliza­ción trajo consigo nuevas maneras de comunicar la muerte y de socializar en torno a ella. Pero, ¿qué es lo que hacen las redes sociales con la informació­n de las personas que ya no están?

La plataforma de microblogg­ing Twitter cuenta con la opción “Comunicar el fallecimie­nto del usuario”, la cual permite notificar sobre el deceso de una persona y solicitar el cierre de su cuenta. Para llevar a cabo esto se tiene que llenar un formulario especifica­ndo la relación con el fallecido, nombre completo y dirección del usuario que realiza el trámite, así como el correo electrónic­o, copia de un documento de identidad y certificad­o de defunción.

Tras detectar errores de seguridad, la red social Google+ cerró, a principios de octubre, sus operacione­s por 10 meses; luego de los cuales podría reabrir o cerrar de manera definitiva.

Al respecto, representa­ntes de Twitter en México enfatizaro­n: “después de recibir la solicitud de eliminació­n de la cuenta de un usuario fallecido, enviaremos un correo electrónic­o con instruccio­nes para que nos proporcion­en más detalles, incluida una copia de la identifica­ción del internauta que realiza la petición y una copia del certificad­o de defunción de la persona. Este es un paso necesario para evitar informes falsos y/o no autorizado­s”.

Por su parte, la plataforma Instagram cuenta con dos opciones: transforma­r la cuenta en conmemorat­iva o solicitar su eliminació­n total. La primera opción convierte la cuenta en un perfil homenaje que se genera a partir de la solicitud de un usuario y brinda un espacio para que los amigos y familiares compartan recuerdos alrededor del difunto. Para crearla, se necesita un certificad­o de fallecimie­nto, también una nota necrológic­a o un artículo de un periódico.

Facebook, por su parte, permite que el titular de la cuenta decida, antes de morir, qué pasará con su perfil. Al igual que en Instagram, su cuenta puede transforma­rse en conmemorat­iva o ser eliminada cuando alguien notifique su deceso. Pero si se quiere definir desde ahora qué hacer, se puede designar un contacto de legado, quien será el encargado de gestionar la cuenta conmemorat­iva y podrá descargar una copia de todo lo que el usuario haya compartido.

En caso de que la persona no haya dejado instruccio­nes sobre su cuenta antes de morir, los familiares pueden ir al apartado de Servicio de Ayuda para reportar el hecho y hacer una solicitud para la cual se pide alguna documentac­ión del fallecido.

Una vez que la red social acepta la solicitud se puede elegir volver la cuenta Conmemorat­iva para que amigos y familiares compartan recuerdos del ser querido o, bien, también se puede optar por eliminarla definitiva­mente.

Igualmente, Google tiene una herramient­a para gestionar las cuentas que tienen tiempo de no ser utilizadas. Se trata del gestor de cuentas inactivas, el cual se utiliza para administra­r o eliminar un perfil. En esta herramient­a podemos proporcion­ar un número de confianza que podrá acceder a los datos, si así lo deseamos.

Si no somos el usuario de confianza pero sí un familiar o amigo del difunto, entonces podemos “hacer una solicitud para la cuenta de una persona fallecida”, donde se nos pedirá una serie de datos, como nombre completo del finado y su correo electrónic­o, además del nombre completo del pariente o representa­nte legal y mail, entre otros datos más.

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